El Nevado de Toluca, ubicado en el centro de México, es un espectacular estratovolcán con una altitud de 4,680 metros, lo que lo convierte en la cuarta montaña más alta de México. El volcán se caracteriza no sólo por su majestuosa apariencia, sino también por su importancia histórica y valor cultural únicos, especialmente sus dos lagos en la base del cráter, que se consideran el centro de actividades rituales de las civilizaciones antiguas.
El nombre de Nevado de Toluca tiene su origen en la lengua náhuatl y suele traducirse como “el señor pelado” o “el señor calvo”, pero existen otras explicaciones, como “el señor de las cañas de maíz”. Descubrimientos arqueológicos recientes han demostrado que la interpretación correcta del nombre puede ser "Señor de los Nueve", que puede estar relacionado con los múltiples lagos en la cima de su cono volcánico.
El volcán está plagado de mitos y leyendas a lo largo de la historia de la humanidad, sirviendo como punto de encuentro de diversas culturas y creencias.
Según documentos históricos, el lago del Nevado de Toluca alguna vez fue un lugar de sacrificio para la civilización Inca. La población local realizaba varios rituales religiosos y sacrificios en el lago, especialmente la quema de resina de copal, que se consideraba una conexión con los dioses. Muchos arqueólogos creen que estas actividades no son sólo prácticas espirituales, sino que también pueden estar relacionadas con las celebraciones agrícolas de esa época.
En el área del Parque Nacional Nevado de Toluca se han registrado 18 sitios arqueológicos. Estos sitios proporcionan evidencia directa de cómo las civilizaciones antiguas utilizaron esta tierra sagrada. Los arqueólogos han descubierto una gran cantidad de ofrendas de sacrificio en el fondo del lago, incluidas cerámica y piedras talladas, lo que demuestra que las actividades de sacrificio alguna vez florecieron aquí.
La resina ardiente que flotaba en el agua se convirtió en un puente hacia los dioses.
Los lagos no sólo son maravillas naturales, sino que también tienen un gran significado cultural. En las creencias locales, el Lago del Sol (Lago del Sol) y el Lago de la Luna (Lago de la Luna) a menudo se consideran la fuente de vida y simbolizan el ciclo de la vida y la muerte. En ciertos días, la gente venía especialmente para realizar rituales, con la esperanza de recibir bendiciones de los dioses y bendecir sus cultivos con una cosecha abundante.
Hoy en día, estos antiguos lagos y ruinas están estrictamente protegidos de la destrucción humana. Las autoridades ahora monitorean cuidadosamente a los buzos para asegurarse de que estos sitios históricos no sean robados. En este parque nacional, la investigación arqueológica y la protección del medio ambiente están estrechamente integradas, esforzándose por descubrir la historia y al mismo tiempo proteger este precioso patrimonio natural y cultural.
Los lagos del Nevado de Toluca no solo son maravillas naturales, sino también el alma de una civilización antigua. A medida que avanzan la tecnología y la arqueología, nuestra comprensión de esta tierra sagrada se vuelve cada vez más profunda, lo que plantea la pregunta: ¿Podemos descubrir más secretos de estos antiguos rituales en futuras exploraciones?