En la naturaleza, la mayoría de las arañas son cazadoras solitarias, sin embargo, algunas arañas son inesperadamente sociales y eligen vivir en grupos. Estas arañas sociales obtienen una ventaja en la competencia por la supervivencia a través de la cooperación y el apoyo mutuo. No sólo cazan juntos, sino que también trabajan juntos para mantener sus nidos y aumentar su tasa de supervivencia general. ¿Cómo exactamente ocurre este comportamiento?
Las arañas sociales construyen redes colectivas para que cada araña pueda compartir presas y mejorar la eficiencia de la caza.
Beneficios de la cooperaciónLa capacidad de construir redes comunitarias y cooperar entre múltiples arañas permite a las arañas sociales capturar presas en grandes movimientos.
Las arañas que viven en el mismo nido pueden proteger eficazmente a sus crías contra amenazas externas, lo que es muy similar a la reunión de peces y al comportamiento grupal de los organismos. Esta cooperación no se limita a la caza, sino que también incluye el mantenimiento de la red y la defensa contra los depredadores. Mediante la acción colectiva, la capacidad de superar a los enemigos externos mejora significativamente.
Jerarquía social y evoluciónLas arañas sociales tienen diferentes niveles de comportamiento. Según los científicos, la sociabilidad en las arañas puede haberse desarrollado de forma independiente entre 18 y 19 veces durante la evolución. La mayoría de las arañas sociales son parasociales, lo que significa que cuidan a las crías de las demás, utilizan el mismo nido y tienen cierta superposición generacional. De las 45.000 especies conocidas de arañas, solo 23 se consideran parasociales y están ampliamente distribuidas en muchas familias.
Las variaciones en el comportamiento social ocurren no sólo entre especies, sino también entre diferentes poblaciones de la misma especie.
Además de las especies puramente sociales, muchas arañas son hiposociales, con formas inferiores de organización social. Estas arañas muestran un comportamiento social durante ciertas estaciones, pero permanecen solitarias durante otras. Algunas especies establecerán sus propios territorios y formarán hábitats relativamente independientes incluso en grupos, lo que es la clave para la evolución de la socialidad en las arañas.
Por ejemplo, algunas arañas sociales tienen comportamientos de enjambre similares a los de las sociedades de insectos. Se mueven en sincronía para construir nuevos nidos. Si bien este comportamiento puede promover la expansión de la población, también puede conducir al problema de la baja variación genética porque el apareamiento entre arañas hembras a menudo se limita al mismo grupo.
Ejemplos de arañas socialesEl establecimiento y mantenimiento de arañas sociales resalta la importancia de la cooperación mutua entre organismos en la naturaleza.
Entre los ejemplos de arañas sociales se incluyen Agelena consociata, Anelosimus eximius y Mallos gregalis. Estas arañas cooperan para obtener alimento, proteger a sus crías e incluso facilitar el apareamiento y la reproducción, lo que les permite sobrevivir y prosperar en esta dura ecología. Por ejemplo, Anelosimus eximius puede formar grupos de hasta 50.000 individuos, mostrando sorprendentes comportamientos sociales y estrategias reproductivas.
El comportamiento único de las arañas sociales sin duda nos hace repensar las estrategias de cooperación y supervivencia en el mundo de los insectos. ¿Cómo logran encontrar un equilibrio elegante dentro del grupo y sobrevivir a los distintos desafíos ambientales? ¿Se trata de un ingenioso mecanismo de selección natural?