En el campo de la nanotecnología y la ciencia de los materiales, los puntos cuánticos (QD) se han convertido recientemente en un tema candente. Estos nanocristales semiconductores, que tienen un tamaño de sólo unos pocos nanómetros, tienen propiedades ópticas y electrónicas muy diferentes de las de las partículas más grandes. Los puntos cuánticos son tan atractivos en parte debido a los efectos mecánicos cuánticos que exhiben, que han llevado a que estas diminutas partículas sean llamadas vívidamente "átomos artificiales".
Se cree que los puntos cuánticos poseen propiedades intermedias entre las de los semiconductores en masa y las de los átomos o moléculas discretas.
Cuando los puntos cuánticos se exponen a la luz ultravioleta, los electrones se excitan a un estado de energía superior. En los puntos cuánticos semiconductores, este proceso corresponde a la transferencia de electrones de la banda de valencia a la banda de conducción. Cuando el electrón regresa a la banda de valencia, libera energía luminosa y esta radiación luminosa se llama fotoluminiscencia. Curiosamente, el color de la luz emitida varía dependiendo de la diferencia de energía de los puntos cuánticos, y esta propiedad hace que los puntos cuánticos tengan un potencial importante en las aplicaciones.
Las propiedades ópticas y eléctricas de los puntos cuánticos cambian a medida que cambian de tamaño y forma. En términos generales, los puntos cuánticos con un diámetro de 5-6 nanómetros emiten radiación con longitudes de onda más largas, como naranja o rojo, mientras que los puntos cuánticos con un diámetro de 2-3 nanómetros emiten longitudes de onda de luz más cortas, incluyendo azul y verde. Los colores exactos que aparecen dependen de la composición química de los puntos cuánticos. Estas propiedades hacen que los puntos cuánticos muestren perspectivas potenciales de aplicación en muchos campos de alta tecnología, incluidos transistores de un solo electrón, células solares, LED, láseres, fuentes de un solo fotón, generación de segundo armónico, computación cuántica, investigación de células biológicas, microscopía e imágenes médicas. , etc.
El amplio potencial de aplicación de los puntos cuánticos los convierte en una herramienta indispensable en muchas investigaciones científicas.
Los puntos cuánticos se pueden preparar utilizando una variedad de técnicas, incluida la síntesis coloidal, el autoensamblaje y la estimulación eléctrica externa. La síntesis coloidal es uno de los métodos más comunes, que generalmente implica calentar la solución para inducir la descomposición de los materiales de partida, formando monómeros y generando nanocristales. La temperatura y la concentración de monómeros son factores clave que afectan el crecimiento de los cristales. Durante este proceso, los átomos activados se reorganizan y cristalizan, lo que afecta las propiedades del punto cuántico final.
En aplicaciones prácticas, los puntos cuánticos a menudo requieren capas adicionales para mejorar su rendimiento. Estas capas adicionales pueden reducir el riesgo de recombinación no radiactiva y así aumentar el rendimiento cuántico de luz. Entre las diversas heteroestructuras de puntos cuánticos, las estructuras de tipo I incluyen un núcleo semiconductor envuelto en un segundo material, mientras que las estructuras de tipo II permiten la separación espacial de los portadores de carga, mejorando así el brillo.
Una estructura típica de los puntos cuánticos es el sistema CdSe/ZnS, una combinación de materiales de núcleo y capa que permite que estos nanocristales emitan luz de manera eficiente.
En lo que respecta a la fabricación de puntos cuánticos, además de la síntesis coloidal, también se ha popularizado la síntesis de plasma. Este método es especialmente adecuado para la producción de puntos cuánticos unidos mediante enlaces covalentes. Al utilizar plasma no térmico, los científicos pueden controlar la forma, el tamaño y la composición de los puntos cuánticos. El método de producción tradicional es la inyección doble a alta temperatura, que puede soportar la producción en masa, pero mantener la estabilidad y la calidad durante el proceso de producción es un gran desafío.
Con el avance de la tecnología, muchas empresas han comenzado a estudiar materiales de puntos cuánticos libres de metales pesados, que no solo cumplen con los requisitos de protección ambiental, sino que también tienen un rendimiento cercano a los puntos cuánticos de CdSe tradicionales. El desarrollo de la tecnología de puntos cuánticos es transformador para muchas industrias, como la tecnología de visualización y las imágenes biomédicas.
Las consideraciones de salud y medio ambiente hacen que el desarrollo de puntos cuánticos libres de metales pesados sea una máxima prioridad, incluida la cooperación de microorganismos y la aplicación de diversos materiales.
En resumen, los puntos cuánticos, como los brillantes "átomos artificiales", prometen brindar nuevas posibilidades para la tecnología futura. No sólo mejoran nuestra comprensión del mundo microscópico, sino que también promueven la innovación de nuevas tecnologías. ¿Significa esto que los puntos cuánticos se convertirán en una tecnología omnipresente en un futuro próximo?