La sífilis es una enfermedad causada por una bacteria pequeña y específica llamada T. pallidum. Además de causar sífilis, este patógeno también puede causar otras enfermedades como el bejel y el pian. T. pallidum es único no sólo en su morfología y biología, sino también en su ruta de transmisión, mecanismo de infección y capacidad de evadir el sistema inmune del huésped.
T. pallidum es una bacteria microaerófila, Gram-negativa, de forma espiral, de aproximadamente 6 a 15 micrómetros de largo y 0,1 a 0,2 micrómetros de ancho. Es única porque la bacteria carece de los procesos metabólicos del ciclo del ácido tricarboxílico y de la fosforilación oxidativa, lo que hace que su actividad metabólica sea mínima. T. pallidum es un parásito absoluto que ingresa al huésped principalmente a través del contacto con humanos o simios.
La evasión de las defensas inmunes del huésped por parte de T. pallidum debido a su diminuto genoma y a la estructura única de su membrana externa es la clave de su patogenicidad oculta.
Tres subespecies de T. pallidum, T. p. pallidum, T. p. endemicum y T. p. pertenue, son responsables de la aparición de la sífilis, el bejel y el pian, respectivamente. Estas subespecies son morfológica y serológicamente indistinguibles, pero pueden identificarse genéticamente. A diferencia de otras bacterias, T. pallidum tiene niveles muy bajos de proteínas de membrana externa, lo que le permite evadir eficazmente la respuesta del sistema inmune del huésped.
T. pallidum tiene una estructura de membrana externa única que carece del lipopolisacárido de las bacterias tradicionales, lo que la hace más oculta después de ingresar al huésped. Además, la proteína de la membrana externa de esta bacteria tiene baja antigenicidad y puede reducir eficazmente el reconocimiento por parte del sistema inmune del huésped.
T. pallidum es conocido como un "patógeno oculto" debido a la estructura única de su proteína de membrana externa, que le permite esconderse del sistema inmunológico del huésped.
La presentación clínica de la sífilis varía a lo largo de la enfermedad y las erupciones y otros síntomas pueden aparecer en diferentes etapas. La enfermedad suele ser muy tratable con antibióticos como la penicilina, especialmente en las primeras fases. Sin embargo, T. pallidum también se ha vuelto cada vez más resistente a algunos antibióticos, lo que genera una mayor necesidad de opciones de tratamiento adecuadas.
Con el avance de la ciencia, la investigación sobre T. pallidum se ha profundizado gradualmente. Su cultivo en el laboratorio sigue siendo un desafío, y el cultivo exitoso reportado en 2017 sin duda allanó el camino para comprender sus características biológicas, pero la bacteria aún muestra una fuerte adaptabilidad al huésped.
Según los informes, actualmente no existe ninguna vacuna disponible contra la sífilis, lo que representa un gran desafío para la salud pública.
Las características únicas de T. pallidum la hacen destacar entre las bacterias, mostrando su especialidad tanto en características biológicas como en importancia clínica. A medida que profundizamos en nuestro conocimiento de este patógeno, ¿seremos capaces de encontrar una forma eficaz de tratar la sífilis?