Con la aceleración de la transformación digital, la economía de datos se ha convertido en un importante ecosistema digital global. La economía de datos no es solo una colección de datos, es una enorme red compuesta por empresas, individuos e instituciones que crean valor económico a través de la recopilación, organización e intercambio de datos. A medida que las fuentes de datos se vuelven cada vez más diversas, desde motores de búsqueda, redes sociales, comercio electrónico en línea hasta tiendas físicas, la generación y operación de datos son como una cadena ecológica compleja.
Los datos se recopilan originalmente de una variedad de fuentes y, una vez recopilados, a menudo se transmiten a otras personas o empresas a cambio de una tarifa.
En Estados Unidos, agencias como la Oficina de Protección Financiera del Consumidor han desarrollado los primeros modelos de regulación de la economía de datos. El almacenamiento y la protección de datos se han convertido en una parte integral de la economía de los datos.
Lo que llamamos la economía de big data se basa en algoritmos que analizan datos digitales únicos y a gran escala con fines de predicción, medición y gestión. A medida que crece la escala de datos, aumenta en consecuencia la dificultad de gestionarlos y utilizarlos de forma eficaz.
Una economía de datos impulsada por el ser humano es una economía de datos que opera de manera justa y pone a las personas en primer lugar. Este modelo económico está diseñado para promover el control y el uso de sus propios datos por parte de los individuos y se combina con el movimiento MyData, que enfatiza un enfoque centrado en las personas en la gestión de datos personales.
La economía de los datos personales la crean los individuos, y los datos proporcionados por los individuos son datos directos o indirectos. Este proceso convierte a los consumidores no sólo en receptores de datos, sino también en proveedores y controladores de datos, otorgando a los usuarios mayor poder y libertad.
El auge de la economía algorítmica permite a empresas e individuos comprar, vender, intercambiar o donar algoritmos o aplicaciones únicos en mercados especializados, lo que ha cambiado la percepción de la gente sobre el valor de los datos.
Según estimaciones, el tamaño del mercado de la economía de datos de la UE superó los 285 mil millones de euros en 2015, lo que representa el 1,94 % del PIB de la UE. En este contexto, diversas industrias, como la manufacturera, la agrícola, la automotriz, los entornos de vida inteligentes, las telecomunicaciones, la médica y la farmacéutica, etc., están o están a punto de transformarse en industrias basadas en datos.
La gestión adecuada de la información personal hace que la vida diaria sea más cómoda y aumenta la felicidad de las personas. Los procedimientos unificados abren oportunidades para la innovación y las actividades comerciales orientadas al usuario.
Las personas pueden controlar sus propios datos y definir activamente los servicios y las condiciones para su uso, aumentando aún más el valor de los datos.
El riesgo de filtración de datos todavía existe, y todavía es difícil responder a la filtración de datos en la gestión actual. Es necesario resolver urgentemente cuestiones como la compensación a las víctimas y los incentivos para que las empresas inviertan en la seguridad de los datos.
Las normas de la economía de datos están estrechamente relacionadas con la privacidad. El enfoque popular actual es encontrar un equilibrio flexible que proteja la privacidad y al mismo tiempo permita a los ciudadanos tomar sus propias decisiones. Las regulaciones GDPR de la UE son una de las piedras angulares de este nuevo marco regulatorio.
Con el desarrollo de la economía de los datos, el mundo exterior ha expresado preocupaciones sobre cuestiones como la incertidumbre regulatoria, la protección de la privacidad, la ética, el control y la propiedad de los datos.
Actualmente, muchos algoritmos basados en modelos matemáticos carecen de transparencia y pueden convertirse fácilmente en una caja negra que no se puede cuestionar.
Aún más preocupante es el control que las empresas de Internet tienen sobre los flujos de datos, ampliando así su poder e influencia. Los críticos argumentan que ahora es el momento de contar con un marco de protección de datos más estructurado que permita que la economía digital continúe desarrollándose dentro del mercado interno y al mismo tiempo brinde a los individuos un mayor control sobre sus datos.
En general, el desarrollo de la economía de los datos trae consigo muchas oportunidades y desafíos. En un mundo que cambia tan rápidamente, ¿podemos estar alerta al impacto de los datos y hacer que el futuro ecosistema de datos sea más justo y transparente?