El éter dietílico, también conocido como "éter", es un compuesto orgánico con la fórmula química (CH3CH2)2O. Este líquido incoloro, muy volátil y de olor dulce se ha utilizado históricamente ampliamente como anestésico y disolvente. Sus propiedades especiales y su historia legendaria han hecho que el éter dietílico sea conocido como el "aceite dulce". Sin embargo, ¿cómo se desarrolla la historia detrás de esto?
La mayor parte del éter dietílico se produce mediante la reacción de hidratación del etileno en fase gaseosa como subproducto de la producción de etanol. El proceso utiliza un catalizador de ácido fosfórico soportado en sólido y permite ajustar la producción según la demanda. Bajo la acción de ciertos catalizadores, la reacción de deshidratación del etanol en fase gaseosa puede alcanzar un rendimiento de éter dietílico de hasta el 95%.
2 CH3CH2OH → (CH3CH2)2O + H2O
Además, el éter dietílico también se puede preparar a escala industrial y de laboratorio mediante la síntesis de éter ácido.
El uso principal del éter dietílico es como disolvente, especialmente en la producción de plásticos celulósicos como el acetato de celulosa. Es uno de los disolventes comúnmente utilizados en los laboratorios, especialmente en la reacción de Grignard y otras reacciones que involucran reactivos organometálicos, donde se aprovechan plenamente las propiedades básicas del éter dietílico. Su inmiscibilidad con el agua y su baja densidad lo convierten en un disolvente no polar ideal en extracciones líquido-líquido.
Además, no se puede ignorar la aplicación de éter dietílico en el combustible. Debido a su alto índice de cetano (85–96), se utiliza a menudo como líquido de arranque para motores de gasolina y diésel, especialmente en climas fríos. Esto es el resultado de su alta volatilidad y bajo punto de inflamación, lo que le permite ayudar a los motores a arrancar en entornos bajo cero.
El éter dietílico se utiliza ampliamente en laboratorios como disolvente no polar. Además, también puede formar tetrafluoroborato de trietoximagnesio en determinadas reacciones químicas. Esto ha llevado a su creciente estatus en la comunidad química.
El metabolismo del éter dietílico involucra la enzima pigmento P450, que no solo afecta su propio metabolismo, sino que también reduce el metabolismo del etanol. En este proceso, el éter dietílico también tuvo cierto impacto sobre otros fármacos que requieren un metabolismo oxidativo.
Aunque el éter dietílico tiene muchas ventajas, su naturaleza extremadamente inflamable requiere precaución en su uso. El vapor de éter dietílico es más pesado que el aire y, por lo tanto, puede acumularse cerca del suelo y extenderse hacia fuentes de ignición. Por lo tanto, durante su uso se deben evitar llamas abiertas y otros equipos que puedan provocar ignición.
La temperatura de autoignición del éter dietílico es de 160 °C (320 °F). Su velocidad de difusión en el aire es 9,18 × 10−6 m2/s.
La historia del éter dietílico se remonta al siglo VIII, y Jābir ibn Hayyān pudo haber sido uno de los primeros en sintetizar este compuesto. En 1540, Valerius Cordus lo refinó y lo llamó "aceite sulfúrico dulce", reflejando su destilación a partir de una mezcla de etanol y ácido sulfúrico. Este compuesto recibió el nombre de "éter" en el siglo XVIII.
El éter dietílico fue utilizado como anestésico en una manifestación pública en 1846, hecho que marcó su importancia médica. William T. G. Morton utilizó éter dietílico que contenía aceites aromáticos, llamado "Letheon", para enmascarar su olor. Aunque Crawford Williamson Long ya la había utilizado para anestesia quirúrgica en 1842, la técnica rápidamente ganó popularidad a partir de entonces.
Durante el siglo XIX, el éter dietílico también se utilizó en algunas formulaciones farmacéuticas. Con el tiempo, su uso se fue reduciendo paulatinamente, sobre todo por los efectos secundarios y las molestias postanestésicas que provocaba. En el siglo XXI, el éter dietílico ya no es un anestésico de uso común. En su lugar han llegado nuevos anestésicos basados en compuestos de fluoruro de hidrógeno, que no suponen ningún riesgo de incendio.
Durante el siglo XIX, el éter dietílico se utilizó como droga recreativa en algunas fiestas, lo que demuestra su amplia influencia en la sociedad.
Durante las fiestas del siglo XIX, la gente solía inhalar éter dietílico, experimentando sus efectos anestésicos y volviéndose insensibles a lesiones menores.
Aunque la historia del éter dietílico está llena de progreso científico y exploración cultural, en la sociedad actual, ¿podemos repensar su papel en la ciencia y la cultura modernas?