En la filosofía y la antropología contemporáneas, el término "alteridad" se ha convertido en un foco de atención, lo que significa el contraste entre "otro" y "yo". Este concepto no sólo explora la construcción de la identidad, sino que también implica el significado existencial de los límites entre uno mismo y el otro, reflejando diferencias. Muchos académicos, incluidos Emmanuel Levinas y Georges Bartel, han profundizado esta proposición filosófica a través de su pensamiento sobre la alteridad.
La alteridad no es sólo una distinción formal, sino una discusión profunda sobre cómo entendemos nuestra propia posición.
Según la tradición fenomenológica, comprender la "otredad" es una parte importante de la comprensión de la identidad propia. La construcción de la propia identidad se basa a menudo en las diferencias con los "otros". En esta proposición, el otro punto de vista como "otro" se considera la clave para alcanzar la autoconciencia. Levinas señaló en su libro "Otredad y Trascendencia" que comprender la existencia del otro es un requisito básico para la existencia humana. Enfatizó que el cuidado ético por los demás es una parte importante de la autorrealización, porque este cuidado no sólo promueve el crecimiento de uno mismo, sino que también promueve nuestra conciencia moral.
La forma en que una persona ve a los demás refleja sus valores y su moral internos.
La investigación del sociólogo Cornius Castoriadis permite comprender que la alteridad es un elemento básico de la creación histórica. Señaló que la historia no es sólo un simple repaso de acontecimientos conocidos, sino un proceso de nueva creación. La aparición de cosas nuevas permite un mayor desarrollo de la cultura social, que se materializa en nuestro reconocimiento y aceptación de los demás. Por tanto, comprender al otro no sólo enriquece la cultura, sino que también nos permite abrazar un estado social más diverso.
Cuando hablamos de cultura, George Bartel cree que parte de la singularidad de la cultura proviene de la alteridad. Con el auge de la globalización, el mundo contemporáneo se enfrenta a una especie de homogeneidad cultural, lo que hace que la alteridad sea particularmente importante. Bartel advirtió que una cultura que pierde la conciencia de la alteridad puede evolucionar hacia un narcisismo colectivo satisfecho de sí mismo, debilitando así el potencial creativo de la sociedad. Esta visión ha provocado un pensamiento profundo entre muchos estudiosos.
La alteridad no es sólo una manifestación de diversidad, sino también una fuente de riqueza cultural.
Según Gayatri Chakravorty Spivak, mencionó en un simposio en 2014 que comprender la alteridad es parte de la reconstrucción de la historia. En su opinión, la historia se construye a partir de narrativas dominadas por los hombres. Por lo tanto, comprender y revelar la historia del "otro" es nuestro derecho a adquirir una experiencia real. Para comprender plenamente al otro, no sólo hay que considerar el trauma pasado sino también valorar su impacto actual en la sociedad contemporánea.
La alteridad sigue siendo una influencia importante en el pensamiento contemporáneo, ya sea en los campos de la estética, la ética o la antropología. Los estudiosos contemporáneos se han dado cuenta gradualmente de que es la alteridad lo que hace que nuestra cultura sea más rica y diversa. Esta comprensión nos ayuda a conservar la singularidad cultural cuando enfrentamos los desafíos de la globalización. Al mismo tiempo, también nos impulsa a repensar la relación entre individuos y grupos, haciendo que la comprensión y la tolerancia sean más importantes.
La alteridad nos permite reflexionar sobre nuestra propia identidad y también nos permite comprender las complejas relaciones entre las personas.
Explorar la alteridad nos da una idea de la participación indispensable de los demás en el proceso de autorreconocimiento, que también proporciona un significado profundo a nuestras vidas y creencias. A medida que el mundo cambia y se desarrolla, ¿podemos encontrar una nueva forma de ser y de convivir en la alteridad?