La gestión mundial de los recursos hídricos se enfrenta a desafíos cada vez más graves. El deterioro de la calidad del agua, especialmente la falta de oxígeno, ha puesto a muchos cuerpos de agua en una situación de pesadilla. Ya sean lagos naturales o estanques artificiales, el contenido de oxígeno en muchos cuerpos de agua ha disminuido drásticamente, provocando el colapso de los ecosistemas y amenazando especialmente la supervivencia de la vida acuática.
La calidad del agua afecta directamente a la salud de los organismos acuáticos, y uno de los factores más fundamentales es la concentración de oxígeno disuelto (OD).
Cuando la concentración de oxígeno disuelto en el agua cae por debajo de un valor crítico, se forma un ambiente anóxico o anaeróbico, lo que hace que el ecosistema del cuerpo de agua ya no sea capaz de sustentar la supervivencia de los organismos.
Muchos peces acuáticos y otros organismos requieren oxígeno adecuado para sobrevivir; además, la actividad de las bacterias aeróbicas es esencial para la descomposición de la materia orgánica. Si la concentración de oxígeno es demasiado baja, la supervivencia de los organismos acuáticos puede estar en peligro.
La falta de oxígeno en el agua a menudo es causada por una variedad de factores humanos, incluidos, entre otros, la descarga de aguas residuales, la escorrentía agrícola y la sobrepesca que provocan perturbaciones en el agua.
Con el crecimiento de las actividades humanas, muchos cuerpos de agua han sufrido contaminación, lo que ha provocado una disminución en los niveles de oxígeno y la posterior muerte de los cuerpos de agua.
Para resolver estos problemas, la aireación de los cuerpos de agua se ha convertido en una tecnología clave. La aireación es el proceso de aumentar o mantener la saturación de oxígeno en el agua, lo que generalmente ayuda a mejorar la calidad del agua y mejorar la supervivencia de los organismos acuáticos.
La aireación natural la realizan las plantas acuáticas, que liberan oxígeno durante la fotosíntesis, manteniendo los niveles de oxígeno en el agua. Además, el viento puede agitar eficazmente la superficie del agua y promover la entrada de oxígeno al agua.
Este equipo es muy eficiente y se utiliza a menudo para la aireación biológica, principalmente en el tratamiento de aguas residuales. Tienen un rango de potencia de hasta 250kW y son reconocidos por sus excelentes efectos de mezcla de agua.
Las fuentes utilizan chorros de agua para inyectar oxígeno al aire, pero a pesar de su belleza no pueden cubrir grandes extensiones de agua. El uso de fuentes suele estar limitado por razones de seguridad.
Estos dispositivos funcionan en la superficie del agua y no proporcionan el efecto de mezcla de área amplia que proporcionan los aireadores de baja velocidad. Afectan principalmente a las capas más superiores de la columna de agua.
La aireación subterránea aumenta el oxígeno en el agua al liberar burbujas en el fondo del agua, que entran en contacto con el agua a medida que suben, facilitando así la transferencia de oxígeno. Diversas tecnologías como la aireación por chorro y la aireación con burbujas gruesas y finas hacen posible este proceso.
Proyecto de oxidación a gran escalaEn algunas renovaciones hidráulicas a gran escala, como la del Támesis en Londres, se utilizan cámaras de oxígeno especiales para solucionar el problema de reducción de oxígeno causado por el desbordamiento de las tuberías de aguas residuales durante las fuertes lluvias. Estas cámaras no sólo ayudan a reponer oxígeno, sino que también mejoran eficazmente la calidad del agua del río.
ConclusiónLa falta de oxígeno en los cuerpos de agua se ha convertido en uno de los principales desafíos para la gestión de los recursos hídricos mundiales. Mediante una gestión eficaz de la calidad del agua, técnicas de aireación y reducción de la contaminación, podría ser posible restaurar estos ecosistemas dañados. Pero ¿cómo podemos responder conjuntamente a este desafío que es la cuestión más importante en la actualidad?