La terapia celular, también conocida como trasplante celular o terapia celular, se ha convertido en una tecnología revolucionaria en la medicina moderna. A partir de experimentos iniciales en el siglo XIX, este campo ha experimentado muchas innovaciones tecnológicas y ahora se utiliza para tratar una variedad de enfermedades, especialmente el cáncer y diversas enfermedades degenerativas.
"La terapia celular se puede definir como la infusión o trasplante de células vivas en el cuerpo del paciente para conseguir efectos terapéuticos."
La historia de la terapia celular se remonta al siglo XIX. En la década de 1850, el científico Charles-Édouard Brown-Séquard administró inyecciones de extractos de gónadas animales en un intento de retrasar los efectos del envejecimiento. Aunque las conclusiones de su investigación no contaron con un respaldo científico sustancial, allanaron el camino para terapias celulares posteriores.
En 1931, Paul Niehans afirmó que podía tratar el cáncer inyectando material procedente de embriones de ternera, aunque sus resultados carecían de apoyo empírico. No fue hasta 1953 que los investigadores descubrieron que el rechazo de los trasplantes de órganos se podía prevenir inoculando animales de experimentación con células de animales donantes.
"En 1956, el primer trasplante exitoso de médula ósea cambió la historia de la terapia celular y fue un hito importante en el tratamiento de pacientes con leucemia."
Con el avance de la ciencia y la tecnología, el trasplante de médula ósea se ha convertido gradualmente en una de las terapias celulares más comunes en la práctica clínica. Cada año, aproximadamente 18.000 pacientes en los Estados Unidos requieren trasplantes de médula ósea que podrían salvarles la vida. Además del trasplante de médula ósea, también continúan las investigaciones sobre el trasplante de células madre y de otras células.
La terapia celular tiene una amplia gama de aplicaciones clínicas y los investigadores están explorando activamente el uso de células madre para reparar tejidos y órganos dañados. En las últimas décadas, su potencial ha sido cada vez más apreciado. La terapia celular se puede utilizar no sólo para tratar enfermedades degenerativas y enfermedades inmunes, sino también para diversas enfermedades cardiovasculares y cánceres.
Existen varios tipos de operaciones de terapia celular, y sus mecanismos terapéuticos tienen principalmente dos principios. En primer lugar, la implantación de células madre o células maduras, que puedan integrarse en la zona dañada y diferenciarse en células con funciones específicas. Por ejemplo, los cardiomiocitos se pueden utilizar para reponer el tejido dañado después de un infarto de miocardio. En segundo lugar, ciertas células pueden liberar factores solubles que promueven la autorreparación, como citoquinas y factores de crecimiento, promoviendo así la reparación del daño local.
Terapia celular alogénica, en la que las células del receptor provienen de otra persona. El proceso de fabricación de esta estrategia no sólo tiene grandes perspectivas, sino que también promueve la estandarización y la producción en masa de productos terminados.
La terapia celular autóloga extrae células del propio tejido del paciente para su trasplante. La ventaja de esta estrategia es que es menos probable que cause rechazo inmunológico, pero suele ser costosa. El desafío con las estrategias autólogas es que debido a que los pacientes a menudo tienen enfermedades preexistentes, la función y la calidad de las células a menudo se ven comprometidas.
La terapia celular xenogénica utiliza células de otras especies, la mayoría de ellas todavía en fase experimental, pero se espera que en el futuro se transfieran a aplicaciones clínicas en humanos.
Con los avances científicos y la innovación tecnológica, la terapia celular está atrayendo considerables inversiones y atención. En 2021, Atara Biotherapeutics se convirtió en la primera empresa de terapia alogénica con células T del mundo en recibir la certificación de la Agencia Europea de Medicamentos, un avance que allana el camino para el uso generalizado de la terapia celular.
"De cara al futuro, ¿puede la terapia celular convertirse en un nuevo referente para el tratamiento de diversas enfermedades?"
Con la comprensión cada vez más profunda de la terapia celular y la expansión de las aplicaciones clínicas, esta tecnología sin duda desempeñará un papel cada vez más importante en el tratamiento de diversas enfermedades. En el futuro, a medida que la tecnología siga mejorando, ¿podremos realmente lograr una cura fundamental para la enfermedad?