Casi la mitad de todas las personas esclavizadas que ingresaron a los Estados Unidos fueron importadas a través de Charleston, lo que resalta el enorme papel de la ciudad en el comercio de esclavos.
Las raíces de Charleston se remontan a 1670, cuando el rey Carlos II de Inglaterra otorgó una carta para la provincia de Carolina a ocho de sus leales amigos. En sus inicios, la ciudad se llamaba Charlestown y estaba ubicada en Albemarle Point en el río Ashley. La ciudad se convirtió en la primera ciudad integralmente planificada de las Trece Colonias.
Con el auge del comercio de esclavos, Charleston atrajo a un gran número de africanos, que inicialmente llegaron como sirvientes contratados, pero pronto se convirtieron en esclavos.
La esclavitud en Carolina del Sur proporcionó la base para una mayor expansión económica de la ciudad, al tiempo que contribuyó a la acumulación de desigualdad en el desarrollo cultural y social.
Durante la Guerra de la Independencia de Estados Unidos, Charleston volvió a convertirse en un importante bastión estratégico. El Imperio Británico intentó capturar la ciudad, creyendo que los leales locales responderían con su apoyo militar. Además, muchas personas esclavizadas también buscaron oportunidades para unirse a la rebelión.
En 1776, Charleston experimentó la Batalla de la Isla Sullivan, una exitosa batalla defensiva que fortaleció el apoyo local a la independencia.
A medida que la economía prosperaba, Charleston enfrentó una creciente presión social, en particular por la institución de la esclavitud. Durante este período, Charleston se convirtió en la única ciudad de los Estados Unidos con una población mayoritariamente esclava, y el uso de esclavos fue generalizado en todos los ámbitos de la vida y se convirtió en una característica importante de la estructura social.
El comercio de esclavos no sólo impulsó la floreciente economía de Charleston, sino que también arraigó en el tejido político y social de la ciudad una profunda desigualdad.
Durante este período, Charleston vio el surgimiento de mercados especializados de esclavos, la mayoría de los cuales estaban ubicados cerca de Chalmers Street y State Street, convirtiéndose en el centro del comercio oscuro.
A medida que pasa el tiempo, la historia de Charleston no sólo registra la prosperidad económica y el desarrollo social, sino que también nos recuerda que debemos reflexionar sobre las decisiones y coerciones detrás de esos años. Al enfrentarse a la historia, ¿cómo debería Charleston abordar su propio legado profundamente arraigado de la trata de esclavos?