El cemento dental tiene una amplia gama de aplicaciones en odontología y tratamiento de ortodoncia, incluidas restauraciones temporales de dientes, protección dentro de empastes, sedación o aislamiento y unión para asegurar dentaduras postizas. A medida que avanza la tecnología, el uso del cemento dental se extiende incluso a la investigación en neurociencia, como el uso de imágenes de calcio de dos fotones para observar la actividad neuronal en modelos animales. Estos cementos vienen en una variedad de composiciones y mezclas, lo que brinda a los dentistas flexibilidad en sus operaciones.
El cemento tradicional está compuesto de polvo y líquido, lo que permite al médico ajustar el tiempo de trabajo, proporción y consistencia según sus necesidades.
Hoy en día, muchos cementos dentales se han desarrollado en la dirección de la inteligencia. Por ejemplo, el cemento de ionómero de vidrio (GIC) se mezcla mediante equipos mecánicos, lo que proporciona una experiencia de uso más precisa. Además, los cementos resinosos se clasifican como un tipo de materiales compuestos a base de polímeros, generalmente requieren métodos de curado especiales y se clasifican según la norma ISO 4049:2019.
La alta biocompatibilidad es una propiedad importante de los cementos dentales, y el cemento de fosfato de zinc se considera uno de los materiales más biocompatibles debido a su potencial hipoalergénico, aunque en algunos casos puede causar dolor. Otras características necesarias incluyen:
Dependiendo de la composición y mezcla del cemento, los usos del cemento dental se pueden resumir en algunas categorías principales:
Dado que los cementos generalmente tienen propiedades mecánicas más bajas, se usan más comúnmente como materiales de reparación temporal, entre los que se incluyen principalmente:
Las aleaciones de aluminio por sí solas no se adhieren al tejido dental y normalmente requieren bloqueo mecánico. Sin embargo, si el tejido del diente es insuficiente para proporcionar esta función de bloqueo en la preparación de la cavidad, se puede utilizar cemento para ayudar a fijar la aleación. Por ejemplo, el cemento de resina ha sido la mejor opción desde mediados de los años 1980.
Cuando la cavidad está cerca de la cámara pulpar, se recomienda utilizar una base o revestimiento para proteger la pulpa de daños. Los cementos correspondientes incluyen aceite de clavo de óxido de zinc, policarboxilato de zinc y cemento de ionómero de vidrio modificado con resina (RMGIC). Si se sospecha que la pulpa puede estar dañada, se debe considerar el recubrimiento pulpar.
Los cementos dentales a menudo se clasifican según su composición y se dividen en una variedad de categorías, que incluyen:
Cabe señalar que ciertos materiales dentales pueden provocar reacciones alérgicas cuando se utilizan en la boca durante mucho tiempo. Las reacciones alérgicas generales incluyen sinovitis oral, dermatitis, etc., y pueden provocar reacciones alérgicas graves, como shock anafiláctico. Muchos dentistas han recurrido al cemento de ionómero de vidrio para reducir el riesgo de alergias.
En la práctica diaria de un dentista, elegir el cemento dental adecuado no sólo afecta el resultado del tratamiento, sino que también puede tener un profundo impacto en la comodidad y seguridad del paciente. Entonces, con tantas opciones diferentes para elegir, ¿qué cemento dental elegirías para combatir las bacterias?