La seguridad contra incendios es una cuestión que no se puede ignorar en ningún escenario, especialmente cuando se trata de materiales o productos químicos inflamables. Comprender la diferencia entre la temperatura de autoignición y el punto de inflamación es un paso importante para garantizar la seguridad del medio ambiente que nos rodea. A diferencia del conocimiento general sobre combustión, el punto de inflamación y la temperatura de autoignición pueden ayudarnos a prevenir accidentes por incendio.
El punto de inflamación es la temperatura más baja a la que un líquido puede liberar vapor inflamable bajo ciertas condiciones estándar.
El punto de inflamación es la temperatura más baja a la que el vapor liberado por un líquido inflamable puede formar una mezcla inflamable con el aire cuando se calienta a una temperatura determinada. Este indicador es muy importante porque está directamente relacionado con la inflamabilidad del líquido. Por el contrario, la temperatura de autoignición se refiere a la temperatura a la que una sustancia se autoinflamará sin necesidad de una fuente de ignición externa. La diferencia entre ambas es que una requiere una fuente de fuego externa, mientras que la otra es un comportamiento completamente espontáneo.
Además del punto de inflamación y la temperatura de autoignición, otro concepto clave es el punto de inflamación, que es la temperatura más baja a la que el vapor puede continuar ardiendo después de eliminar la fuente de ignición. El punto de inflamación suele ser más alto que el punto de inflamación porque en el punto de inflamación puede no haber suficiente vapor para sustentar la combustión continua.
Bajo condiciones de punto de inflamación, el vapor puede no ser suficiente para mantener una combustión continua.
Comprender estos conceptos puede ayudarnos a clasificar mejor los diferentes tipos de combustibles, especialmente al elegir entre combustibles inflamables o combustibles. La gasolina, por ejemplo, tiene un punto de inflamación inferior a 37,8 °C (100 °F), lo que la clasifica como combustible, mientras que el diésel tiene un punto de inflamación entre 52 °C y 96 °C, lo que lo convierte en un combustible combustible.
La presión de vapor de un líquido está estrechamente relacionada con su temperatura. A medida que aumenta la temperatura, la presión de vapor aumenta en consecuencia, lo que resulta en un aumento en la concentración de vapores inflamables. Cada líquido inflamable tiene una concentración límite de inflamabilidad inferior específica, que es una condición necesaria para una combustión continua, y su punto de inflamación es la temperatura más baja a la que se alcanza esta concentración.
El punto de inflamación es la temperatura más baja a la que un líquido puede mantener la combustión cuando encuentra una fuente de ignición.
Hay dos tipos básicos de mediciones del punto de inflamación: copa abierta y copa cerrada. La prueba de copa abierta implica calentar un líquido en una copa abierta y periódicamente acercar la llama a la superficie del líquido. Por el contrario, la prueba de vaso cerrado coloca la muestra en un vaso cerrado para medir con mayor precisión la cantidad de vapor liberado de la superficie del líquido. Estos métodos de prueba están claramente especificados en los estándares de referencia. Por ejemplo, las pruebas de copa cerrada de Pensky-Martens se realizan de acuerdo con las normas ASTM D93.
En la vida diaria, la gasolina se utiliza como combustible en los motores de combustión interna y el vapor inflamable debe mezclarse con aire dentro de su límite de inflamabilidad y luego encenderse a través de una bujía. El diésel se utiliza en motores de encendido por compresión porque su alto punto de inflamación le permite funcionar sin la necesidad de una fuente de ignición externa. Este conocimiento puede ayudarnos a comprender la seguridad de diferentes instalaciones y operaciones de combustible.
La gasolina y el diésel tienen puntos brillantes completamente diferentes, lo que refleja los riesgos de su uso seguro.
En diversas normas industriales y de seguridad, garantizar la determinación del punto de inflamación ayuda a evaluar el riesgo de incendio de una sustancia. Estos estándares son desarrollados y controlados por múltiples comités nacionales e internacionales, incluido el grupo de trabajo conjunto CEN/ISO y otros.
Por último, la seguridad es siempre nuestra consideración más importante, ya sea en el entorno laboral o en el hogar. Al comprender e identificar el punto de inflamación y las temperaturas de autoignición de los materiales que nos rodean, podemos protegernos mejor a nosotros mismos y a los demás. ¿Ha comprobado la seguridad de todos los materiales combustibles en el entorno en el que vive?