El ozono (O3) existe en dos formas en nuestro aire, lo que tiene efectos e importancia muy diferentes. Este gas desempeña múltiples funciones en las diferentes atmósferas de la Tierra. El ozono a nivel del suelo es una forma de contaminación del aire causada por las actividades humanas, y la capa de ozono protege a la Tierra de la dañina radiación ultravioleta. Ambos tipos de ozono son O3, pero revolucionan la salud de nuestro medio ambiente, por lo que es importante explorar sus respectivas funciones e impactos.
El ozono a nivel del suelo, también conocido como ozono troposférico, es un contaminante que se forma cerca de la superficie terrestre. El ozono se crea cuando los óxidos de nitrógeno (NOx) y los compuestos orgánicos volátiles (COV) reaccionan químicamente en presencia de la luz solar. La mayoría de estos precursores del ozono provienen de emisiones de vehículos, actividades industriales y solventes químicos.
Los efectos del ozono a nivel del suelo sobre la salud incluyen irritación respiratoria, función pulmonar reducida y agravamiento de síntomas como el asma.
A diferencia del ozono a nivel del suelo, la capa de ozono existe principalmente por encima de la troposfera, una región de aproximadamente 10 a 50 kilómetros de altura. Esta capa de gas absorbe la radiación ultravioleta del sol, protegiéndonos del cáncer de piel y otros problemas de salud. Aproximadamente el 90% del ozono se encuentra en la capa de ozono, con concentraciones que suelen oscilar entre 2 y 8 partes por millón (ppm).
La pérdida de la capa de ozono representa una grave amenaza para los ecosistemas globales, especialmente su impacto en la salud biológica.
Como uno de los gases de efecto invernadero, el ozono a nivel del suelo desempeña un papel importante en el calentamiento global. Su concentración aumenta debido al crecimiento de la actividad industrial y el uso de combustibles fósiles, lo que lo convierte en un desafío en la lucha contra el cambio climático. Según el informe, el ozono troposférico se considera el tercer gas de efecto invernadero más importante, después del dióxido de carbono y el metano. Esta situación se está volviendo cada vez más grave con la aceleración de la urbanización y la industrialización.
A medida que aumentan las temperaturas y cambia la humedad, la tasa de formación de ozono se acelerará aún más, lo que no solo afecta la salud humana, sino que también afecta el clima global.
Para comprender y gestionar mejor las concentraciones de ozono, debemos medirlas con precisión. Las mediciones del ozono a nivel del suelo suelen utilizar técnicas de absorción ultravioleta, que pueden evaluar eficazmente la cantidad de ozono en la atmósfera. En la actualidad, muchas ciudades y regiones han establecido redes de vigilancia ambiental para hacer transparentes las tendencias cambiantes del ozono a nivel del suelo.
Los continuos aumentos en las concentraciones de ozono están impulsando más investigaciones para explorar posibles opciones para mejorar la calidad del aire.
Ante el doble desafío del calentamiento global y la contaminación del aire, la tarea de controlar el ozono a nivel del suelo y proteger la capa de ozono es urgente. Los países necesitan fortalecer la cooperación para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente en los campos de la industria y el transporte. Los científicos también piden reforzar la protección de la capa de ozono y el control de la contaminación por ozono a nivel del suelo.
¿Cómo equilibrar el desarrollo económico y la protección del medio ambiente para proteger la salud humana y el futuro de la Tierra se convertirá en una cuestión importante que debemos afrontar ahora y en el futuro?