La prednisona es un fármaco glucocorticoide sintético que se utiliza principalmente para inhibir el sistema inmunológico y reducir la inflamación. Es especialmente adecuado para el tratamiento de enfermedades como el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el reumatismo. Desde su aprobación por la FDA de EE. UU. en 1955, la prednisona se ha convertido en uno de los medicamentos más recetados en la actualidad debido a su uso generalizado. Sin embargo, sus posibles efectos secundarios también causan una angustia considerable a muchos pacientes.
El uso de prednisona es fundamental para muchas enfermedades autoinmunes y afecciones inflamatorias, incluidas, entre otras, el asma, la gota y la artritis reumatoide.
La prednisona se usa para tratar una variedad de enfermedades autoinmunes y afecciones inflamatorias. Estas enfermedades incluyen asma, gota, EPOC, neuropatía inflamatoria crónica (PDIC), enfermedades reumáticas, reacciones alérgicas, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, arteritis de células gigantes y otras. También se utiliza para tratar la hipercalcemia causada por el cáncer y como parte de la terapia inmunosupresora después de un trasplante de órganos.
Aunque los efectos terapéuticos de la prednisona son importantes, también existen una serie de efectos secundarios. Los efectos secundarios a corto plazo pueden incluir niveles altos de azúcar en sangre (especialmente en personas con diabetes), debilidad muscular y cambios de humor. El uso prolongado puede provocar la enfermedad de Cushing, demencia por esteroides, problemas de visión y otros problemas de salud más graves.
Los pacientes que usan prednisona durante mucho tiempo deben tener cuidado. Las investigaciones muestran que muchas personas no toman medidas para proteger la calidad ósea mientras usan prednisona.
El uso prolongado de prednisona puede causar supresión suprarrenal. Si se usa prednisona durante un período prolongado, es posible que la glándula suprarrenal no pueda restaurar rápidamente su capacidad natural de producción de corticosteroides. Los usuarios deben reducir gradualmente la dosis para evitar un ". Crisis de Addison." Por tanto, si el medicamento se utiliza durante más de siete días, es indispensable un plan de reducción correcto.
La prednisona, como glucocorticoide, reduce la síntesis de la hormona adrenocorticotrópica (ACTH) al inhibir la retroalimentación del hipotálamo, lo que conducirá a un debilitamiento de la función de la glándula suprarrenal a medida que aumenta la dosis. Esto también explica por qué los pacientes pueden experimentar efectos secundarios después de suspender abruptamente el medicamento.
La prednisona es un glucocorticoide sintético que el hígado metaboliza al ingrediente activo prednisol. Se absorbe en el tracto digestivo, tiene una vida media de 2 a 3 horas y se metaboliza y excreta principalmente en el hígado.
El descubrimiento de la prednisona y sus derivados ha cambiado la calidad de vida de muchos pacientes con enfermedades crónicas, y no se puede subestimar su contribución al campo médico.
El primer aislamiento e identificación estructural de la prednisona se completó en 1950 y su síntesis comercial se logró en 1955. Los avances en prednisona ofrecen nuevas posibilidades para futuros tratamientos antiinflamatorios, lo que la convierte en uno de los recursos médicos más importantes.
Como fármaco, la prednisona no sólo ha cambiado el curso de las enfermedades de innumerables pacientes, sino que también ha provocado debates profundos sobre sus efectos secundarios. ¿Cómo lograr un equilibrio entre eficacia y efectos secundarios para utilizar mejor la prednisona, un fármaco potente? ¿Se convertirá esto en un gran desafío médico en el futuro?