El concepto de familia lingüística se basa en la relación histórica entre varias lenguas. Una familia lingüística está formada por varias lenguas que han evolucionado a partir de una lengua ancestral común. El término se utiliza de forma muy similar al concepto de "familia" en biología, y el modelo de árbol de los lingüistas es similar al árbol filogenético en la taxonomía evolutiva. Por lo tanto, los lingüistas consideran que las "lenguas hijas" dentro de una familia lingüística están relacionadas genéticamente. El proceso de derivación de lenguas hijas a partir de una protolengua suele deberse a la separación geográfica, y los dialectos de diferentes regiones experimentan diferentes cambios lingüísticos a lo largo del tiempo y acaban convirtiéndose en lenguas únicas.
Por ejemplo, la conocida familia de lenguas romances incluye el español, el francés, el italiano y el portugués, todas ellas descendientes del latín vulgar.
La familia de lenguas romances en sí es parte de la familia de lenguas indoeuropeas más grande, que incluye muchas lenguas de Europa y el sur de Asia que se cree que descienden de un ancestro común llamado protoindoeuropeo. Las familias lingüísticas generalmente contienen al menos dos lenguas, aunque incluso las lenguas aisladas (es decir, las lenguas no relacionadas con ninguna otra) a veces se denominan familias que contienen solo una lengua. Por otra parte, no existe un límite superior en el número de idiomas que puede contener una familia lingüística; por ejemplo, el austronesio contiene más de mil idiomas.
Muchos idiomas tienen características comunes que pueden utilizarse para identificar a los miembros de las familias lingüísticas.
Los cambios de sonido son una evidencia sólida para identificar relaciones genéticas porque son predecibles y consistentes y pueden usarse para reconstruir el idioma original a través de métodos comparativos. Sin embargo, el contacto entre lenguas también puede provocar cambios lingüísticos, lo que podría inducir a error a los investigadores a creer que existe una relación genética entre ellas. Por ejemplo, existen muchas similitudes entre las lenguas mongola, tungusica y turca, lo que lleva a algunos estudiosos a creer que están relacionadas. Pero más tarde se descubrió que estas similitudes se debían al contacto lingüístico, por lo que en realidad no estaban relacionadas. Incluso la familia lingüística más antigua de la que se tiene conocimiento, la afroasiática, es en esencia mucho más joven que las propias lenguas.
Las estimaciones del número de familias lingüísticas en el mundo varían ampliamente. Según Ethnologue, hay 7.151 lenguas humanas, distribuidas en 142 familias lingüísticas diferentes. Lyle Campbell (2019) identifica 406 familias lingüísticas distintas, incluidos los aislados. Según Ethnologue 27 (2024), las siguientes familias lingüísticas contienen al menos el 1% de todas las lenguas conocidas:
Según Glottolog 5.0 (2024), aquí hay una lista de grandes familias de lenguas, con un total de 7788 lenguas (excluyendo lenguas de señas, pidgins y lenguas difíciles de clasificar):
Los recuentos de idiomas pueden variar significativamente según el uso del idioma.
En las familias lingüísticas, el establecimiento de relaciones genéticas depende del proceso de cambio lingüístico. Si dos lenguas son miembros de la misma familia lingüística, debe ser porque ambas se originaron a partir de la misma lengua ancestral común. El establecimiento de este concepto es evidente en los registros históricos de ciertas lenguas, como las lenguas romances, cuyos miembros se derivan todos del latín. Aunque las relaciones genéticas de algunas lenguas no están demostradas directamente en el registro, por ejemplo, las lenguas romances y germánicas del norte están relacionadas entre sí como subfamilias de la familia de lenguas indoeuropeas, no hay evidencia de protoindo- Restos europeos.
El contacto entre lenguas puede dar lugar a que éstas se influyan entre sí, ya sea mediante préstamos o por otros medios. Por ejemplo, la influencia del francés en el inglés, la influencia del árabe en el persa, etc. Esta forma de influencia no es equivalente a una relación genética entre lenguas.
Aunque el contacto lingüístico puede dar lugar a una influencia mutua entre lenguas, esto no constituye un signo de relación genética.
Ante la diversidad y complejidad de las lenguas, la estructura de las familias lingüísticas no es absoluta. Especialmente bajo la influencia de ciertos factores especiales, algunas lenguas se vuelven independientes de la clasificación de otras lenguas, formando un aislamiento lingüístico. Según Glottolog, hoy en día existen en el mundo un total de 423 familias lingüísticas, de las cuales 184 son lenguas aisladas. El euskera, por ejemplo, es una lengua aislante.
Al discutir la evolución y el contacto de las lenguas, ¿deberíamos mirar más profundamente las raíces de la existencia de las lenguas?