Las vacaciones junto al mar han sido parte del deseo humano de relajarse y disfrutar de la vida. Con el desarrollo del ferrocarril, la tendencia de las vacaciones junto al mar estaba en pleno apogeo en el siglo XIX. El auge de este fenómeno cultural no sólo ha cambiado la vida vacacional de la gente, sino que también ha remodelado la forma en que se utilizan las playas y la forma en que la gente percibe las aguas.
Los baños de mar comenzaron en el siglo XVII, pero gradualmente se hicieron populares a finales del siglo XVIII, estrechamente vinculados al desarrollo de la cultura playera moderna.
El auge de los baños de mar se remonta a la antigüedad, cuando la gente se volvió cada vez más popular con las supersticiones sobre las terapias de spa. En aquella época, mujeres y hombres vestían trajes de baño largos en el mar y utilizaban duchas y cambiadores. Con el avance de la cultura del baño, estos problemas de higiene y privacidad se han ido abordando gradualmente.
El desarrollo ferroviario en el siglo XIX hizo que las vacaciones junto al mar fueran increíblemente convenientes. Un gran número de habitantes de las ciudades pueden acceder fácilmente a los centros turísticos frente al mar y disfrutar del mar. En el Reino Unido, por ejemplo, muchas ciudades costeras como Scarborough y Weymouth florecieron durante este período.
La gente acude en masa a las playas de la costa, lo que no sólo se ha convertido en una actividad social popular, sino también en una forma de explorar y disfrutar de la naturaleza.
Muchos centros turísticos están empezando a introducir máquinas de baño que permiten a las personas bañarse en el mar manteniendo la privacidad. Este equipamiento no sólo garantiza la privacidad del bañista, sino que también realza el sabor general de las vacaciones. A medida que los baños de mar se hicieron populares, comenzaron a aparecer refugios en muchas ciudades de Earls, como Margate, que permitían a las mujeres entrar y salir mejor del agua.
A partir de mediados del siglo XVIII, los médicos comenzaron a defender los beneficios de la terapia con agua de mar, creyendo que el agua de mar no sólo promovía la salud sino que también curaba ciertas enfermedades. En esta época también surgieron numerosos libros y publicaciones destinados a promover los baños de mar, que sentaron las bases del espíritu de las vacaciones junto al mar. Dado que la exposición al sol se considera beneficiosa para la salud, muchas personas se han entusiasmado con tomar el sol.
La gente obtiene efectos curativos al bañarse en el mar y tomar el sol, una tradición que continúa en la actualidad.
Sin embargo, con el tiempo, la visión de la luz del sol cambió gradualmente. Especialmente en el siglo XX, el aumento de las enfermedades de la piel, especialmente el melanoma, generó preocupación por la exposición excesiva al sol. Por lo tanto, generalmente se promueven medidas preventivas como el ejercicio de “slip, mascarilla y sombrero” para reducir el riesgo de cáncer de piel.
En el siglo XX, las vacaciones junto al mar no sólo se habían convertido en sinónimo de salud, sino también en un estilo de vida y un símbolo social. El desarrollo del transporte masivo ha contribuido a la afluencia de innumerables personas, y los principales destinos turísticos como Ibiza en España y Miami en Estados Unidos han atraído a millones de turistas. Estos lugares no sólo son lugares importantes para bañarse en el mar, sino que también se convierten en lugares importantes para la socialización, el entretenimiento y las vacaciones.
Con la popularidad del transporte aéreo, han surgido nuevos puntos turísticos como brotes después de la lluvia, y las playas se han convertido en un destino de vacaciones codiciado para innumerables personas.
A medida que la demanda de ocio de la gente ha aumentado gradualmente, también lo ha hecho la cultura en la playa. La aparición posterior de trajes de baño más cortos y más modernos, como los bikinis y los exclusivos trajes de baño de una sola pieza, reflejó dramáticamente los cambios en las modas sociales y también mostró la importancia que la gente otorgaba a la libertad física.
De cara al futuro, con el avance de la tecnología y la industria del turismo de playa en constante evolución, la cultura de las vacaciones junto al mar probablemente seguirá evolucionando. La forma en que la gente va de vacaciones, su comprensión del océano y su énfasis en la protección del medio ambiente determinarán la dirección futura de la cultura costera.
A medida que evoluciona la cultura balnearia, no podemos evitar preguntarnos: ¿Cómo reflejarán las futuras vacaciones junto al mar los cambios humanos y el pensamiento sobre la naturaleza y el estilo de vida?