Un pulso electromagnético (EMP) es una liberación breve y poderosa de energía electromagnética que se origina a partir de fenómenos naturales o provocados por el hombre. Tales ráfagas de actividad electromagnética no sólo pueden alterar los sistemas de comunicaciones sino también destruir equipos electrónicos críticos. El incidente de Carrington de 1869 fue el primer daño EMP registrado en la historia. Posteriormente, la amenaza potencial de EMP se ha vuelto cada vez más prominente en la guerra moderna, especialmente cuando se usa como arma, que puede paralizar toda la red eléctrica del país. A medida que nuestra sociedad se vuelve cada vez más dependiente de la tecnología, ¿comprendemos realmente el impacto total de esta energía?
Las características de los pulsos electromagnéticos incluyen: modo de transferencia de energía (radiación, campo eléctrico, campo magnético o conducción), rango de frecuencia y forma de onda del pulso.
La energía EMP se puede dividir en cuatro formas: campo eléctrico, campo magnético, radiación electromagnética y conducción de corriente. Según las ecuaciones de Maxwell, los pulsos de energía eléctrica suelen ir acompañados de pulsos de energía magnética, y en un pulso dado dominará el campo eléctrico o magnético.
Los pulsos electromagnéticos se pueden dividir en dos tipos: naturales y artificiales. Los eventos EMP naturales incluyen relámpagos, descargas electrostáticas y eyecciones de masa coronal, mientras que los EMP artificiales incluyen el comportamiento de conmutación de circuitos informáticos y los efectos de pulso producidos por diversas armas militares.
El pulso electromagnético nuclear (NEMP) es un tipo de radiación electromagnética causada por una explosión nuclear que puede causar grandes daños a los equipos electrónicos.
El pulso electromagnético no nuclear (NNEMP) es un arma que no requiere tecnología nuclear y puede generarse mediante emisión de condensadores de gran capacidad o generador de microondas.
Los eventos EMP leves pueden causar solo ruido eléctrico de bajo nivel, pero los EMP de alta energía pueden desencadenar altas corrientes y voltajes, interrumpiendo temporalmente o dañando permanentemente los equipos electrónicos. Los daños al dispositivo no se limitan a fallos funcionales, sino que también pueden afectar a los medios de almacenamiento de datos, como cintas y discos duros, lo que en última instancia provoca la pérdida de datos.
Los eventos EMP a gran escala, como rayos o armas nucleares que explotan en el aire, pueden causar daños directos a árboles, edificios y aviones.
No sólo eso, un evento EMP lo suficientemente grande puede causar incendios eléctricos, aumentando aún más el peligro. Para los equipos fabricados por el hombre, necesitamos diseñar medidas de protección, como el blindaje de Faraday, para resistir los daños causados por eventos EMP naturales como los rayos.
Para reducir el daño causado por EMP, los equipos electrónicos requieren un diseño reforzado y medidas de protección. Estas medidas apuntan no sólo a las armas, sino también a otras fuentes de PEM de origen humano. La compatibilidad electromagnética (EMC) es una cuestión importante para garantizar el funcionamiento normal de los equipos en un entorno EMP.
Para probar los efectos de EMP en los dispositivos, los investigadores utilizaron simuladores de EMP, que pueden reproducir eventos EMP de diferentes intensidades. Las instalaciones de simulación EMP a gran escala pueden probar la resistencia EMP de vehículos completos e incluso aviones, proporcionando así orientación para la prevención futura.
Para señales de pulso electromagnético de alto nivel, se debe evitar el contacto directo con conductores activos. Las investigaciones muestran que un ataque EMP a gran escala puede provocar un apagón regional que afecte a varios servicios importantes.
El libro "Un segundo después" describe la historia de la caída de Estados Unidos en la edad oscura debido a los ataques EMP y desencadenó una atención generalizada sobre el fenómeno EMP.
Desde 1981, el tema de EMP ha aparecido con frecuencia en la cultura popular, a pesar de muchas ideas erróneas de los medios sobre su impacto. Estos malentendidos se extienden incluso al ámbito profesional, provocando un pánico innecesario.
Con el continuo avance de la ciencia y la tecnología, la amenaza del pulso electromagnético se ha convertido gradualmente en un tema al que debemos prestar atención. Frente a esta fuerza destructiva oculta, ¿qué puede hacer nuestra sociedad para proteger mejor la tecnología moderna?