Entre los métodos de administración de fármacos, la administración bucal ha recibido cada vez más atención. Este método permite que el fármaco se disuelva en la mucosa oral bucal y entre al sistema sanguíneo rápidamente, evitando así el tracto digestivo y los efectos de primer paso de la administración oral tradicional. Esto significa que, en muchos casos, la administración intrabucal no sólo mejora la biodisponibilidad del fármaco sino que también permite que haga efecto más rápidamente.
Las formas de fármacos intrabucales generalmente incluyen tabletas y películas intrabucales. Las tabletas intrabucales se componen de medicamentos, mezclas de polvos, polímeros expandidos y otras dosis, y se elaboran por compresión directa. Estos medicamentos no solo son fáciles de usar, sino que también brindan una alternativa eficaz cuando los pacientes no pueden tragar, como aquellos que sufren coma, náuseas y disfagia. Muchos fármacos clínicos comunes, como el fentanilo, la hidrocortisona y la proclorperazina, se pueden administrar de esta manera.
La mucosa bucal está compuesta de tejido no queratinizado con muchas estructuras elásticas, lo que facilita que los medicamentos penetren y entren al sistema sanguíneo. En comparación con la digestión y el metabolismo en el tracto gastrointestinal, la administración intrabucal puede provocar rápidamente efectos locales o sistémicos. Los fármacos de molécula pequeña y solubles en lípidos generalmente ingresan al torrente sanguíneo mediante vías transcelulares, mientras que los fármacos hidrófilos se absorben a través de vías intercelulares. Estas diferentes vías hacen que la administración intrabucal sea una forma cómoda y eficaz de administrar fármacos, especialmente en situaciones de emergencia.
“La administración intrabucal proporciona a muchos pacientes una alternativa que no requiere tragar, especialmente en situaciones de emergencia, y su rápido inicio de acción sin duda mejora la flexibilidad del uso del medicamento”.
Se han formulado diversos fármacos en formas intrabucales y se utilizan ampliamente en la práctica médica. Por ejemplo, el flucoxib se utiliza habitualmente para aliviar el dolor en pacientes con cáncer. La hidroclorotiazida se usa para aliviar las aftas, mientras que la proflutiazida, que ayuda a aliviar las náuseas, se puede usar en pacientes con migraña. Estos medicamentos se seleccionan por su rápida entrada al torrente sanguíneo y su capacidad de surtir efecto más rápidamente.
En comparación con otros métodos de administración de fármacos, las ventajas de la administración intrabucal de fármacos radican principalmente en la rápida aparición del efecto del fármaco, la facilidad de uso y la flexibilidad en la liberación del fármaco. Sin embargo, este método no es infalible. Si el medicamento se ingiere accidentalmente, puede provocar asfixia y algunos pacientes pueden presentar molestias bucales o reacciones alérgicas. La limitación del uso a largo plazo también hace que este método de tratamiento no sea necesariamente adecuado en algunos casos.
"A pesar de las muchas ventajas que ofrece, la administración intrabucal debe utilizarse con precaución y respetando el consejo médico profesional para evitar riesgos innecesarios."
La producción de comprimidos intrabucales suele depender de la compresión directa e implica varios adyuvantes para garantizar la liberación del fármaco y la biocompatibilidad. Aunque estas formulaciones están cuidadosamente diseñadas para lograr tiempos de contacto prolongados, es importante señalar que el enrojecimiento de la saliva y el estrés mecánico oral pueden afectar la liberación y la eficacia del fármaco. Cómo superar los obstáculos fisiológicos garantizando al mismo tiempo la eficacia terapéutica es uno de los desafíos.
En conjunto, la administración intrabucal de fármacos representa una innovación en la forma de administración de fármacos, ya que proporciona un régimen de medicación más directo y eficaz. Clínicamente, con un conocimiento profundo de esta tecnología, podemos esperar lograr más avances en eficacia y seguridad en el futuro. Sin embargo, a medida que esta nueva forma de tomar medicamentos se vuelve más común, ¿estamos preparados para afrontar los desafíos y oportunidades médicos del futuro?