El caucho de butilo se utiliza en una variedad de industrias importantes debido a su excelente impermeabilidad a la difusión de gases y flexibilidad.
La historia del caucho de butilo comienza en realidad en 1825, cuando el famoso científico Michael Faraday descubrió por primera vez el isobutileno. Mucho más tarde, en 1931, la unidad BASF de la empresa alemana BASF desarrolló por primera vez el poliisobutileno (PIB), utilizando un catalizador de fluoruro de boro y tecnología criogénica, que se convirtió en caucho de butilo en 1937.
El desarrollo del caucho butílico transformó la producción de piezas y componentes y marcó un hito importante en la industria del caucho.
Con la participación de varias empresas, el caucho butílico del mundo es producido actualmente principalmente por ExxonMobil y la polaca Polysar. Antes de que se fundara Polysar para producir caucho artificial durante la Segunda Guerra Mundial, se revolucionaron muchos sistemas y métodos de producción. Lo más importante es que el caucho butílico se utiliza en los neumáticos y se convierte en un componente importante dentro de ellos, proporcionando un excelente rendimiento de sellado.
El caucho de butilo se utiliza ampliamente en diversos campos. Como aditivo en combustibles y lubricantes, también puede mejorar eficazmente su rendimiento, aumentando así la eficiencia del uso del aceite. El material también se utiliza en la fabricación de explosivos porque actúa como aglutinante de explosivos plásticos como el C-4 y mejora su seguridad.
El caucho butílico proporciona una estructura interna fuerte y hermética en los equipos deportivos, como el revestimiento de los balones.
Además, la aplicación del caucho de butilo no se limita a la industria, sino que también se extiende a toda la vida cotidiana. Por ejemplo, el caucho de butilo de calidad alimentaria utilizado en muchos chicles modernos proporciona a la goma su elasticidad y pegajosidad, lo que no sólo hace que dure más tiempo sino que incluso ha llevado a algunos municipios a proponer impuestos sobre sus costos de limpieza.
En la primavera de 2013 se produjo una crisis ecológica provocada por la contaminación por poliisobutileno en el Canal de la Mancha. Este incidente se consideró la contaminación marina más grave en el Reino Unido en décadas y desencadenó una reflexión sobre el uso de materiales sintéticos.
El caucho butílico desempeña un papel importante en los equipos de protección química, proporcionando protección contra agentes químicos.
De cara al futuro, la aplicación del caucho de butilo seguirá expandiéndose, especialmente en términos de desarrollo sostenible y protección del medio ambiente, que se convertirán en una consideración importante. Necesitamos reevaluar el impacto que estos materiales sintéticos tienen sobre el medio ambiente y cómo utilizarlos mejor para satisfacer las necesidades sociales. ¿Podremos seguir fomentando en el futuro el desarrollo de materiales sintéticos sin perjudicar la ecología? Esta es una pregunta que merece la pena reflexionar.