Trillones de microorganismos viven dentro de nuestros cuerpos. Estos pequeños organismos no solo dan forma a nuestra salud, sino que también cambian nuestra comprensión de nosotros mismos y de la vida. Si bien a menudo pensamos que estamos formados por muchas células, estas bacterias y otros microorganismos pueden en realidad superar en número a nuestras propias células y están estrechamente relacionados con nuestra salud.
Las investigaciones muestran que la diversidad del microbioma humano está estrechamente relacionada con el estado de salud. Estos microorganismos ayudan a digerir los alimentos, sintetizar vitaminas y regular el sistema inmunológico.
La microbiota se refiere a una serie de microorganismos que existen dentro y sobre la superficie de todos los organismos multicelulares, incluidas bacterias, arqueas, protistas, hongos y virus. Estos microorganismos son fundamentales para la homeostasis inmune, endocrina y metabólica del huésped. El microbioma describe el genoma colectivo de estos microorganismos o de ellos mismos en el entorno ecológico. La microbiota intestinal de los humanos y otros organismos multicelulares nos ayuda a comprender la coevolución entre organismos multicelulares y bacterias.
Las relaciones entre los microorganismos y sus huéspedes varían y se pueden dividir en tres categorías principales: mutualistas, comensales y parásitas. En una relación mutualista, los microorganismos benefician al huésped; en una relación parasitaria, los microorganismos causan daño al huésped. En circunstancias normales, se considera flora normal el microbioma, que son microorganismos que viven en nuestro cuerpo y no causan enfermedades, y en ocasiones incluso resisten las enfermedades.
El microbioma humano incorpora alrededor de 39 billones de microorganismos, lo que es casi igual al número de nuestras propias células, y su masa sólo representa alrededor de 0,2 kilogramos del cuerpo humano.
Los animales adquieren su microbiota al nacer y la microbiota vegetal puede transmitirse a través de las semillas o raíces de los granos de arroz. La combinación de microorganismos cambia con el huésped, que se puede obtener clínicamente mediante métodos como el trasplante de microbios fecales para tratar enfermedades como la infección crónica por Clostridium difficile.
El microbioma humano incluye una variedad de bacterias, hongos, arqueas y virus. Investigaciones recientes muestran que los microorganismos del cuerpo humano pueden estar estrechamente relacionados con el estado de salud del huésped. Por ejemplo, microorganismos específicos pueden influir en las respuestas futuras del sistema inmunológico en las primeras etapas de la vida. Estos microorganismos juegan un papel importante en el sistema inmunológico y la salud intestinal del huésped a través de sus metabolitos.
Muchos animales no humanos también tienen su propia microbiota. Por ejemplo, algunos anfibios pueden portar nuevos tipos de hongos en la piel y esta microbiota puede ayudarlos a combatir enfermedades. Las crías de caballito de mar dependen de los microbios de su madre para ayudar a desarrollar su sistema inmunológico. Los mamíferos herbívoros, como el ganado vacuno, dependen de la microbiota de su rumen para digerir la celulosa y convertirla en nutrientes que puedan utilizarse.
El microbioma de la planta comienza a partir de la semilla y los microorganismos que contiene irán entrando en diferentes partes de la planta a medida que crece. Los microorganismos enriquecen el entorno de vida de la planta con los nutrientes que proporcionan y ayudan al crecimiento saludable de la planta durante todas las etapas de crecimiento.
La relación simbiótica entre los microorganismos y sus huéspedes continúa estudiándose, y los científicos esperan arrojar más luz sobre cómo estos microorganismos afectan el sistema inmunológico y la salud del huésped. En el futuro, a través de una investigación y tecnología más exhaustivas, podremos obtener una comprensión más profunda y desarrollar nuevos tratamientos para mejorar la salud de los humanos y las mascotas.
La relación entre los humanos y los microorganismos es muy compleja. ¿Realmente entendemos el impacto de estos amigos invisibles en nuestras vidas?