La tecnología de división del agua es como darle al agua una especie de magia que puede convertirla en hidrógeno y oxígeno. Este proceso no sólo es omnipresente en la naturaleza, sino que también es una tecnología fundamental para la futura economía del hidrógeno. Sin embargo, en aplicaciones prácticas, la descomposición del agua está llena de desafíos, especialmente cómo obtener hidrógeno de manera eficiente y económica, que es el foco de investigación de muchos científicos e ingenieros.
La electrólisis del agua es el proceso de dividir el agua (H2O) en oxígeno (O2) e hidrógeno (H2). El proceso es simple pero desafiante porque la electricidad requerida a menudo excede el valor económico del propio hidrógeno.
Aunque la electrólisis de baja temperatura tiene una baja eficiencia, la electrólisis de alta temperatura (HTE) tiene el potencial de aumentar la eficiencia de conversión de energía a aproximadamente el 50%.
Esto se debe a que la electrólisis de alta temperatura utiliza parte de la energía térmica de la reacción química, por lo que la energía convertida es más eficiente. Con los avances en la tecnología de electrólisis, será posible lograr una producción de hidrógeno más eficiente en el futuro.
Otra forma de división del agua se puede observar en el proceso de fotosíntesis, pero en este proceso, los electrones producidos no se utilizan en última instancia para producir hidrógeno, sino que se emplean para reducir el dióxido de carbono y producir azúcares. La "oxidación del agua" en este proceso puede denominarse la descomposición del agua en la naturaleza. En este proceso, el elemento manganeso en el sitio activo ha atraído mucha investigación sobre la síntesis de compuestos de manganeso como catalizadores de oxidación del agua.
Por el contrario, la división del agua mediante fotocatalizadores suspendidos en agua podría ser más eficiente. Este tipo de tecnología tiene como objetivo acortar todo el proceso de reacción a un solo paso para producir hidrógeno y oxígeno.
Además de los métodos anteriores, también existe el método de disociación por radiación utilizando radiación nuclear. Este método se basa en el hidrógeno producido en zonas de alta radiación. Un estudio descubrió una comunidad microbiana en una mina de oro de Sudáfrica que se especializa en producir hidrógeno a partir de la radiación.
La descomposición del agua térmica (pirólisis) enfrenta desafíos de alta temperatura y limitaciones de materiales en aplicaciones industriales. Aunque algunas moléculas de agua comenzarán a descomponerse a 2200 °C, la energía y los materiales necesarios para temperaturas tan altas son relativamente caros.
El potencial de la energía nuclearLas plantas nucleares están diseñadas con la flexibilidad de generar electricidad durante el día e hidrógeno durante la noche, lo que les permite adaptarse mejor a la demanda de electricidad. Si se logra reducir significativamente el coste de producción del hidrógeno, se convertirá en otra opción para competir con las tecnologías de almacenamiento de energía de la red existentes.
Por ejemplo, Hydrosol II, construido en la Plataforma Solar de Almería en España, demuestra la tecnología para utilizar energía solar concentrada para alcanzar las temperaturas necesarias de hasta 1200°C. La instalación está diseñada utilizando un concepto modular, lo que le otorga el potencial de ampliarse a la producción de hidrógeno a escala de megavatios.
La descomposición del agua no sólo es parte de la innovación tecnológica, sino que también está relacionada con la sostenibilidad de la energía del futuro. Mientras observamos esta magia de división del agua, no podemos evitar preguntarnos: ¿pueden estas tecnologías avanzadas revolucionar la forma en que pensamos sobre la producción de energía?