Podemos ver competencia en muchos asuntos cotidianos, desde los juegos en el campo deportivo hasta la competencia en el mercado empresarial, todo lo cual puede entenderse como un juego de suma cero. En este tipo de juego, las ganancias y pérdidas de los competidores son completamente opuestas, es decir, la puntuación de un lado conducirá inevitablemente a la pérdida del otro. Semejante estructura ha afectado profundamente las relaciones interpersonales e incluso la política internacional. Nos hace preguntarnos: ¿por qué en muchos casos la victoria de un partido va inevitablemente acompañada del fracaso del otro? ¿Qué tipo de fenómeno social refleja esto?
Los juegos de suma cero son una rama importante de la teoría de juegos en la que las ganancias de los jugadores se compensan entre sí. Por lo tanto, los resultados de dichos juegos no sólo reflejan las estrategias de los jugadores, sino que también revelan la naturaleza de la competencia y su impacto.
Los juegos de suma cero se originan a partir de la investigación original en teoría de juegos, que es un juego en el que la ganancia total del jugador actual es exactamente cero. En otras palabras, los intereses de los participantes siempre se anulan entre sí. En este juego suelen participar dos jugadores, donde el éxito de uno conduce directamente al fracaso del otro. Los principios de los juegos de suma cero se utilizan ampliamente en una variedad de lugares, desde los clásicos juegos de cartas hasta competiciones de fichas.
La teoría de juegos comenzó a desarrollarse a principios del siglo XX y su investigación inicial se centró en los juegos de suma cero entre dos personas. La teoría de John von Neumann sentó las bases de todo este campo y su contribución fue proponer la teoría de los juegos de equilibrio de estrategias mixtas. Posteriormente, la teoría de juegos se extendió gradualmente a juegos más complejos de suma distinta de cero, así como a juegos multijugador compuestos por otros factores.
Las contribuciones de John Nash en la década de 1950 hicieron que la teoría de juegos fuera más completa, y el concepto de equilibrio de Nash que desarrolló hizo posible analizar situaciones competitivas complejas.
Una característica central de los juegos de suma cero es que los jugadores deben considerar el comportamiento de sus oponentes para determinar la mejor estrategia. Este diseño es crucial para desarrollar una estrategia, porque mientras una parte intenta mejorarse, la otra parte trabaja para reducir las ganancias del otro lado. Por lo tanto, no se trata sólo de una competición única, sino también de un juego de sabiduría.
En los negocios, muchas empresas compiten ferozmente en diversos campos por la participación de mercado, que es exactamente lo que representa el juego de suma cero. Por ejemplo, en un entorno competitivo tradicional, aumentar la propia participación de mercado a menudo significa exprimir el espacio de los competidores, lo cual es una situación típica de suma cero.
En la competencia tecnológica, las grandes empresas lanzan productos innovadores y tratan de mejorar continuamente su competitividad a través de la innovación. Estos escenarios también giran en torno al principio de los juegos de suma cero.
En un juego de suma cero, además del cálculo de estrategias, también se deben considerar los factores psicológicos de los participantes. El comportamiento de las personas en competición suele estar influenciado por el miedo, el deseo y otras emociones. Por ejemplo, una victoria de un bando puede inspirar a un oponente a ser más tenaz o incluso desencadenar un contraataque feroz. En este caso, la competencia se vuelve más intensa, profundizando el antagonismo del juego de suma cero.
Esto respalda muchas teorías en psicología, que creen que el comportamiento de las personas es un proceso más que un puro cálculo, y que el elemento emocional de la interacción es una clave importante para el resultado.
Los conductistas humanos señalan que la esencia de la competencia radica en la interrelación entre individuos, que también es una manifestación importante de la dinámica de poder en los juegos de suma cero.
Aunque los juegos de suma cero son apropiados en muchos contextos, su naturaleza competitiva inherente genera muchos problemas y desafíos potenciales. Por ejemplo, la competencia extrema puede hacer que las empresas y los países obstaculicen la cooperación, afectando así el bienestar de la sociedad en su conjunto. Además, el marco del juego de suma cero puede no ser necesariamente plenamente aplicable a los desafíos globales actuales, como cuestiones como el cambio climático y la asignación de recursos, que a menudo requieren estrategias más cooperativas.
Con la evolución de la sociedad y la tecnología, los académicos han comenzado a explorar cómo aplicar el concepto de juegos de suma cero a situaciones más complejas que no son de suma cero. Este tipo de exploración también marca la evolución de los juegos de suma cero a otros modelos, buscando soluciones más integradas y cooperativas, y explorando la posibilidad de que ambas partes salgan ganando a través de compromisos y acuerdos.
En investigaciones futuras, ya no nos centraremos solo en ganar o perder, sino que también nos centraremos en cómo lograr una situación más amplia en la que todos ganen.
A partir de los juegos de suma cero, no sólo podemos comprender la naturaleza de la competencia, sino también obtener una comprensión más profunda de la complejidad de las interacciones sociales humanas. A medida que la situación se vuelve cada vez más compleja, es posible que debamos pensar: en un mundo de intereses en competencia, ¿existen otras posibilidades de victoria?