El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es un retrovirus que ataca el sistema inmunológico. Aunque hasta el momento no existe una vacuna o un tratamiento eficaz, con el desarrollo del tratamiento antirretroviral, este virus ha evolucionado hacia enfermedades infecciosas mortales y se ha convertido en afecciones de salud crónicas manejables. Si las personas VIH positivas reciben tratamiento oportuno, se espera que su esperanza de vida sea casi la misma que la de las personas no infectadas, e incluso podrían coexistir con el virus en lugar de morir a causa de él.
Un tratamiento antiviral eficaz puede reducir la carga viral de las personas VIH positivas a niveles indetectables, haciendo imposible la propagación del virus a través de las relaciones sexuales.
El VIH se transmite principalmente a través de relaciones sexuales sin protección, agujas contaminadas, transfusiones de sangre y transmisión de madre a hijo. Las investigaciones muestran que una vez tratado, el riesgo de transmisión sexual futura puede reducirse eficazmente, lo que también es una razón importante para el concepto "detectable = no transmisión" promovido por el Programa de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA). Además, la detección temprana y el tratamiento oportuno pueden ralentizar significativamente la progresión de la enfermedad y reducir el riesgo de transmisión.
Después de infectarse con VIH por primera vez, generalmente pasan por un período de infección aguda. Durante esta etapa, algunas personas experimentan síntomas similares a los de la gripe. Sin embargo, muchas personas infectadas no son conscientes de que están infectadas durante este período. . Durante el período de incubación clínica posterior, aunque el virus continúa activo en el cuerpo, la mayoría de las personas no experimentarán síntomas evidentes. Si no se trata, progresará a la etapa de SIDA en unos diez años.
Sin tratamiento, la esperanza de vida de una persona VIH positiva es sólo de unos 11 años.
La infección por VIH generalmente se divide en tres etapas principales:
Las principales vías de transmisión del VIH incluyen:
Como se mencionó anteriormente, el tratamiento antiviral para el VIH es la clave para mejorar significativamente la calidad de vida y la longevidad de las personas infectadas. Mediante un tratamiento farmacológico continuo, se puede mantener el sistema inmunológico de las personas infectadas y se reduce considerablemente el riesgo de diversas complicaciones potenciales causadas por la inmunodeficiencia.
El tratamiento antiviral no sólo detiene la progresión de la enfermedad, sino que también permite a las personas infectadas llevar una vida sana e incluso disfrutar de relaciones sexuales normales.
A pesar de esto, todavía hay muchos malentendidos sobre el VIH en todo el mundo, y aún es necesario desarrollar la conciencia pública y las cuestiones de prejuicios. Al mismo tiempo, la epidemia de SIDA también ha desencadenado muchas controversias y conflictos relacionados con la religión y las políticas sociales. Especialmente en algunos países en desarrollo, la salud de las personas a menudo se ve afectada por recursos económicos y educativos insuficientes.
Con el avance de la terapia antiviral, es completamente posible que las personas VIH positivas vivan tanto como una persona promedio si reciben tratamiento temprano y realizan cambios en su estilo de vida. ¿Significa esto que vencer esta enfermedad ya no está a nuestro alcance?