Un programa evolutivo general (PG) es un algoritmo evolutivo que imita la evolución natural y opera en base a un grupo de programas. Esta tecnología generalmente selecciona programas que cumplen criterios de aptitud preestablecidos y realiza operaciones genéticas como cruces y mutaciones. Gracias a estas operaciones, GP puede producir continuamente nuevos programas que son superiores en algún sentido a la generación anterior de programas.
La programación genética utiliza operaciones como selección, mutación y cruce para permitir que el programa evolucione en cada generación, mejorando así el rendimiento de ejecución.
Durante el proceso de cruce, se intercambian partes de dos programas seleccionados (padres) para producir nuevos programas descendientes. Algunos de estos nuevos programas pueden seleccionarse para ingresar a la siguiente generación, mientras que algunos de los programas no seleccionados se copian directamente a la nueva generación. En este proceso, se realizan mutaciones reemplazando algunas partes aleatorias del programa para crear un código diferente.
Historia de la programación genéticaLas raíces de la programación genética se remontan a 1950, cuando Alan Turing propuso por primera vez el concepto de programación evolutiva. Veinticinco años después, el libro de John Holland Adaptación en sistemas naturales y artificiales sentó las bases teóricas para este campo. Tras el desarrollo de estas teorías, Richard Forsyth desarrolló con éxito un pequeño programa en 1981 y lo aplicó a la clasificación de pruebas criminales en el Ministerio del Interior del Reino Unido.
La programación genética se ha desarrollado rápidamente desde la década de 1980 y ha entrado en la era moderna de la evolución de programas.
En programación genética, los programas a menudo se representan como estructuras de árbol, que permiten una fácil evaluación recursiva. Cada nodo interno tiene una función de operador y cada nodo terminal tiene un operando, lo que permite desarrollar y evaluar fácilmente expresiones matemáticas. Tradicionalmente, los lenguajes de programación como Lisp han sido ampliamente utilizados debido a su estructura de árbol inherente.
Con el paso del tiempo, la programación genética se ha utilizado ampliamente en campos como la programación automática, la resolución automática de problemas y el aprendizaje automático. Es una herramienta importante en muchos campos, especialmente cuando la forma exacta de la solución no está clara o solo son aceptables soluciones aproximadas. John R. Koza ha afirmado que la programación genética ha sido capaz de producir resultados competitivos con los producidos por los humanos en 76 casos.
La programación genética ha demostrado un gran potencial en aplicaciones como el modelado de datos, el ajuste de curvas y la selección de características.
A medida que avanza la tecnología, la programación genética puede marcar el comienzo de más innovaciones en el futuro. Por ejemplo, la programación metagenética es una técnica utilizada para mejorar el rendimiento de sistemas genéticamente programados a través de su propia evolución. Esto significa que no sólo puede evolucionar el programa en sí, sino que también se pueden mejorar y ajustar los mecanismos que facilitan la evolución.
El éxito de la programación genética no radica sólo en el avance de la tecnología, sino también en el amplio alcance y eficacia de su aplicación. Al mirar hacia el futuro de la inteligencia artificial, ¿puede la programación genética convertirse en una nueva dirección que lidere la evolución de la inteligencia?