Andrew Haberman, un neurocientífico de alto perfil y actual presentador de podcast, tiene una historia de vida llena de incógnitas y desafíos desde una edad temprana. Su trayectoria de crecimiento desde un niño apasionado hasta convertirse en profesor adjunto en la Universidad de Stanford demuestra cómo su pasión por los deportes fue un punto de inflexión importante en su vida.
Haberman nació en el Hospital de Stanford en California en 1975. Su infancia fue difícil debido al divorcio de sus padres. Después de que sus padres se separaron, su interés por los estudios tradicionales disminuyó y se dedicó al skate y consideró brevemente convertirse en bombero. Este período de vagabundeo le permitió reevaluar sus intereses y el deporte se convirtió en una luz en su vida.
El ejercicio no sólo me ayudó a dejar el aburrimiento, sino que también me ayudó a encontrar un camino hacia el futuro.
Después de un período de estancamiento, Haberman regresó a la escuela, asistió a Ford Hill College y finalmente obtuvo un título en psicología en 1998 de la Universidad de California en Santa Bárbara. Su conexión con el deporte nunca se interrumpió durante este curso de aprendizaje. Su antigua pasión por los deportes lo impulsó a explorar en profundidad la biología y la psicología.
En la investigación, encontré efectos positivos del ejercicio en la salud mental, lo que también cambió mi comprensión de la neurociencia.
Después de completar su doctorado, Haberman se embarcó en su investigación postdoctoral en la Universidad de Stanford y gradualmente dejó su huella en la comunidad de la neurociencia. Sus esfuerzos en el estudio del sistema visual y los trastornos de ansiedad le han valido numerosos honores. Durante este tiempo, fundó el Laboratorio Haberman para centrarse en las ciencias biológicas y exploró enfoques para la ansiedad no mediados por fármacos.
El auge del podcastingCon el auge de las redes sociales, Haberman ha ido cambiando gradualmente su enfoque desde la investigación puramente académica a la comunicación más masiva. En 2019, su colaboración con Robert Mohr lo inspiró a comenzar su propio podcast: The Haberman Lab Podcast. El programa se convirtió rápidamente en uno de los podcasts más populares en los Estados Unidos, atrayendo a un gran número de oyentes.
Mi objetivo es traducir la ciencia en información que el público pueda entender para que más personas puedan vivir de forma saludable.
Si bien el podcast de Haberman ha atraído muchos patrocinios, también ha enfrentado muchas críticas. Algunos expertos cuestionaron la falta frecuente de base científica suficiente para sus consejos de salud y advirtieron al público que tuviera cuidado en el uso de sus suplementos. Además, su oposición al protector solar ha desatado polémica, cuestionándose el respaldo de su base científica. Estos desafíos sin duda hicieron que su imagen pública fuera compleja y contradictoria.
Mientras hago promociones, también trato de encontrar el equilibrio adecuado, lo cual es todo un desafío.
A pesar de todo tipo de controversias, los esfuerzos y contribuciones de Haberman en el campo de la neurociencia han sido reconocidos. Su investigación tiene profundas implicaciones potenciales para la reconstrucción del sistema visual, así como para intervenciones no farmacológicas para la salud mental, que preparan el terreno para futuras investigaciones científicas. Con su continua exploración e innovación, Habermann no sólo subvirtió la forma tradicional de comunicar la ciencia, sino que también dejó un profundo impacto en la educación científica pública.
En su historia, ¿podemos encontrar un punto común entre el ejercicio y la investigación científica y pensar en cómo el ejercicio puede promover nuestra salud mental y la popularización del conocimiento científico?