Múltiples estudios han demostrado que las diferencias individuales en el rendimiento académico pueden estar relacionadas con su inteligencia y rasgos de personalidad. Las pruebas de inteligencia muestran que los estudiantes con mayor inteligencia suelen tener un mejor rendimiento académico. Además, el rasgo de conciencia, que se asocia con el esfuerzo y la motivación académica, también promueve el éxito académico.
Un metaanálisis reciente sugiere que la curiosidad espiritual tiene tanto impacto en el rendimiento académico como la inteligencia y la conciencia.
Los factores o habilidades no cognitivas, incluida la confianza académica, el autocontrol, la motivación, la teoría de las expectativas y el establecimiento de objetivos, la inteligencia emocional y la determinación, desempeñan un papel cada vez más importante en el éxito académico y profesional. El término fue utilizado por primera vez por los sociólogos Bowles y Gintis en la década de 1970 para proporcionar una nueva explicación de las habilidades no cognitivas más allá de las pruebas cognitivas tradicionales.
Los estudios muestran que los estudiantes que están intrínsecamente motivados tienen una ventaja en el rendimiento académico y la persistencia.
La estructura familiar y su nivel de participación juegan un papel crucial en la educación. El estado civil de los padres, el nivel socioeconómico y la influencia de los padres en la educación afectan el rendimiento académico de los niños.
Las familias de alto nivel socioeconómico a menudo ofrecen entornos de aprendizaje más estimulantes, pero también pueden ejercer demasiada presión sobre sus hijos.
Existe una correlación positiva entre las actividades extracurriculares organizadas y un mayor rendimiento académico. Estas actividades no sólo mejoran la asistencia, sino que también aumentan la participación escolar, mejoran el GPA y reducen las tasas de deserción escolar y los síntomas depresivos.
Los estudios han demostrado que los estudiantes que participan en deportes con mayor frecuencia también tienen un mejor desempeño académico, pero esto a veces puede estar relacionado con un mayor consumo de alcohol y ausentismo.
Las investigaciones han demostrado que la introducción de Acciones Educativas Exitosas (AEExitosas) en escuelas con alto índice de ausentismo puede mejorar significativamente el rendimiento académico. Estas acciones ayudan a los estudiantes a superar los desafíos académicos mediante la integración de diferentes estrategias y recursos de enseñanza.
La relación entre el rendimiento académico y la participación en actividades extracurriculares activas justifica más estudios para comprender su impacto específico.
En resumen, el rendimiento académico es un sistema complejo que incluye múltiples factores relacionados, incluidas las diferencias individuales, las habilidades no cognitivas, el apoyo familiar y la participación extracurricular. Estos estudios no sólo ayudan al crecimiento personal de los estudiantes, sino que también orientan la formulación de políticas educativas. Al considerar estos factores, deberíamos preguntarnos: ¿Cómo pueden las escuelas y las familias trabajar juntas para apoyar más eficazmente el desarrollo integral de los estudiantes?