El concepto de proliferación celular (hiperplasia) proviene del griego antiguo, donde "ὑπέρ" significa exceso y "πλάσις" significa formación. Se define como el agrandamiento de un órgano o tejido debido a la proliferación celular. La proliferación celular no sólo puede provocar el aparente agrandamiento de un órgano, sino que a veces puede confundirse con un tumor benigno. Este fenómeno suele ser una respuesta fisiológica normal a un estímulo, aunque en algunos casos la proliferación celular también puede representar cambios patológicos.
La diferencia entre la proliferación celular y la hipertrofia celular es que la primera implica un aumento en el número de células, mientras que la segunda implica un aumento en el tamaño de las células.
La proliferación celular puede ocurrir por diversas razones, incluida la proliferación de la epidermis basal para compensar la pérdida de piel, inflamación crónica, trastornos endocrinos o para reemplazar otros tejidos dañados o enfermos. Ciertas respuestas proliferativas normales, como el crecimiento de las células de la glándula mamaria durante el embarazo, son preparaciones para la futura lactancia materna.
Curiosamente, factores de crecimiento como el factor de crecimiento similar a la insulina 1 (IGF-1) pueden desencadenar la proliferación celular, un fenómeno que en realidad es división celular. Al mismo tiempo, el entrenamiento muscular hace que las células musculares experimenten hipertrofia, que es simplemente un aumento del tamaño de las células. Las investigaciones sugieren que la aplicación de IGF puede aumentar el número total de células musculares, no sólo su tamaño. Esto es particularmente significativo porque significa que a través de un entrenamiento de fuerza específico, los atletas pueden esperar aumentar la cantidad de fibras musculares en lugar del tamaño de las fibras individuales.
La proliferación celular fisiológica es una respuesta normal a estímulos específicos, y estas células proliferantes todavía se ven afectadas por mecanismos reguladores normales. Sin embargo, en la hiperplasia patológica, si la respuesta se debe a un exceso de hormonas o factores de crecimiento, entonces la hiperplasia puede convertirse en parte del proceso patológico.
Las influencias proliferativas patológicas pueden formar en ocasiones la base para el desarrollo de células tumorales, lo que es claramente diferente del proceso de proliferación celular completamente diferente.
La proliferación celular en ciertos tejidos puede provocar enfermedades. Los crecimientos patológicos pueden ser provocados por una infección, estrés físico, trauma o niveles anormales de hormonas específicas (como estrógeno, ACTH o cortisol). Por ejemplo, la hiperplasia prostática benigna (HPB) es una afección prostática muy común en los hombres.
Algunas situaciones clínicas comunes de hiperplasia incluyen:
En resumen, la proliferación celular juega un papel vital en varios procesos fisiológicos y patológicos. Incluso en la comunidad médica, la comprensión y el debate sobre la proliferación celular nunca se ha detenido, porque contiene información importante para promover la salud y comprender las enfermedades. Pero ¿la proliferación celular es siempre algo bueno?