El oído interno, u oído interno, es la parte más interna del oído de los vertebrados y es el principal responsable de la detección de sonidos y del mantenimiento del equilibrio corporal. Esta compleja estructura de órganos, única entre los mamíferos, incluye el laberinto óseo, un sistema de cavidades en los huesos temporales del cráneo que contiene dos partes funcionales principales: la cóclea para la audición y el equilibrio del sistema vestibular.
La función principal de la cóclea es convertir los patrones de presión sonora recibidos por el oído externo en impulsos electroquímicos, que se transmiten al cerebro a través del nervio auditivo.
La estructura del oído interno se divide principalmente en dos sistemas principales: uno es el sistema auditivo y el otro es el sistema del equilibrio. La cóclea, que evolucionó principalmente para oír, está llena de un líquido especial y contiene células sensoriales llamadas células ciliadas que pueden detectar ondas sonoras. El sistema de equilibrio utiliza los mismos fluidos y células de detección que la cóclea para transmitir información sobre la postura, la rotación y el movimiento lineal de la cabeza. ¿Cómo funcionan juntos estos dos sistemas para que nuestra vida diaria abarque sonido y equilibrio?
El laberinto del oído interno se puede dividir según niveles o regiones.
El laberinto óseo es una red de canales rodeados por paredes óseas, compuesto principalmente por tres partes: el vestíbulo auditivo, los canales semicirculares y la cóclea. El laberinto membranoso se encuentra dentro del laberinto óseo y forma tres espacios paralelos llenos de líquido. La capa más externa está llena de líquido cefalorraquídeo y la capa interna está llena de endolinfa.
La función del sistema de canales semicirculares es cooperar con el sistema visual para mantener la estabilidad visual al detectar el movimiento de la cabeza.
Cuando las ondas sonoras se convierten en vibraciones mecánicas a través del oído medio, pasan a través de la ventana, lo que hace que el líquido del oído interno se mueva y eventualmente forme fluctuaciones dentro de la cóclea, y se convierten en impulsos nerviosos y se envían al oído medio. cerebro. Este complejo proceso nos permite percibir cambios en el tono y retroalimentación del equilibrio dinámico.
El oído interno humano comienza a formarse en la cuarta semana de desarrollo embrionario, se origina en la placa auditiva y eventualmente evoluciona hacia estructuras que incluyen la cóclea y el vestíbulo.
Las células ciliadas de la cóclea son las principales células receptoras auditivas y son responsables de convertir las señales de audio en señales nerviosas.
A medida que avance el desarrollo, estas células también se utilizarán en nuestro sentido del equilibrio. Cuando la cabeza o el cuerpo realiza algún movimiento, el movimiento del líquido en el oído interno estimula las células ciliadas, enviando datos de estos movimientos al cerebro para su procesamiento, permitiendo al individuo conocer la postura y el estado del movimiento de la cabeza.
Las neuronas del oído interno pueden responder a tonos simples, mientras que la capacidad de procesamiento del cerebro le permite comprender audios más complejos. Además, a medida que las personas envejecen, su capacidad para percibir el tono disminuye gradualmente. Si el oído interno está infectado o bloqueado, puede provocar síntomas como laberintitis auricular, que afectará a la percepción del sonido y al equilibrio, provocando mareos o desorientación.
Los síntomas de la laberintitis ótica incluyen náuseas breves, desorientación y mareos rotacionales.
Además de los humanos, la estructura del oído interno de otros animales también es similar. Por ejemplo, las aves y los reptiles también tienen órganos que pueden percibir el sonido, pero en comparación con la cóclea de los mamíferos, su estructura es relativamente simple. . Pero no importa de qué especie se trate, la función del oído interno sigue siendo una parte importante para garantizar el equilibrio y detectar cambios en el entorno.
A través de una comprensión profunda del oído interno, podemos comprender mejor cómo la audición y el equilibrio trabajan juntos para respaldar nuestra vida diaria. ¿Alguna vez has pensado en las implicaciones no resueltas del misterio del oído interno para la evolución humana? sobre el misterio?