Asia, como región económica más grande y de más rápido crecimiento del mundo, tiene una población de aproximadamente 4.700 millones de personas, que abarcan 50 países diferentes. Sin embargo, esta tierra fértil también esconde importantes disparidades económicas. Los países del Golfo, como Qatar y Kuwait, son ricos debido a sus vastos recursos petroleros, mientras que los países del sur de Asia, como Bangladesh y Pakistán, enfrentan desafíos económicos. ¿Por qué existen diferencias económicas tan grandes en una misma región?
"En una región tan diversa, diferentes sistemas gubernamentales y orígenes culturales han creado desigualdad económica."
En muchos sentidos, el crecimiento económico de Asia representa la tendencia de la globalización. China e India, como las principales economías de más rápido crecimiento, sus motores de crecimiento provienen de las industrias manufacturera y de subcontratación, respectivamente. Esto contrasta marcadamente con los recursos energéticos de los que dependen otras regiones, concretamente el petróleo en los países de Oriente Medio. Con el apoyo del crecimiento indirecto y las industrias de alta tecnología, muchos países del este y sudeste asiático han establecido gradualmente una base manufacturera orientada a la exportación y, por lo tanto, han logrado crecimiento.
Mirando hacia atrás en la historia, China y la India han sido una de las economías más grandes del mundo desde la antigüedad. Desde el año 1 d. C. hasta el 1800 d. C., China y la India se convirtieron alternativamente en potencias económicas mundiales. Las rutas comerciales durante este período, como la Ruta de la Seda, facilitaron los intercambios comerciales y culturales.
Sin embargo, antes de la Segunda Guerra Mundial, la mayor parte de Asia estaba colonizada. Sólo unos pocos países, como Japón, pudieron mantener su independencia y desarrollar sus economías. La Restauración Meiji de Japón fue la clave de su éxito, y el milagro económico japonés de posguerra lideró la tendencia de modernización en Asia.
"Después de experimentar las grandes pérdidas de la Segunda Guerra Mundial, los países asiáticos han llevado a cabo reformas orientadas al mercado."
Entre 1945 y 1990, las políticas económicas de la mayoría de los países cambiaron gradualmente para orientarse hacia el mercado, especialmente aquellas de economías exitosas como Japón, Corea del Sur, Taiwán y Singapur. Los logros de estos "tigres asiáticos" han inspirado a los países vecinos a seguir caminos similares y han promovido el crecimiento económico en todo el sudeste asiático.
Sin embargo, el desarrollo del sudeste asiático no ha sido fácil. La crisis financiera asiática de finales de los años 1990 afectó a muchos países e hizo que la gente se diera cuenta de que la interdependencia puede conducir fácilmente a crisis. Aunque la mayoría de los países se recuperaron después de unos años, la fragilidad de la economía sirvió como una nueva advertencia.
Desde principios del siglo XXI, el ascenso de China y la India ha representado un cambio en el centro de gravedad de la economía global. La política abierta de China y las reformas económicas de la India se complementan entre sí, y las tasas de crecimiento de ambos países se han mantenido en un nivel alto. Otros países de Asia también están empezando a beneficiarse de esta ola de crecimiento, especialmente en el sector manufacturero y los servicios.
"En la última década, Asia se ha convertido en el motor del crecimiento económico mundial, pero este poder también esconde un desarrollo desigual."
Sin embargo, el crecimiento en muchos países sigue limitado por las políticas, la geografía y la estructura laboral. Por ejemplo, debido a problemas históricos y políticos en Irán y Pakistán en el Medio Oriente, sus economías no han logrado prosperar, lo que ha resultado en una disminución continua de la calidad de vida de la población local.
A medida que los desafíos y oportunidades económicos que enfrenta Asia continúan evolucionando, la brecha de riqueza dentro de la región se ha ampliado. Aunque el centro de gravedad de la economía global se está desplazando hacia Asia, las disparidades regionales internas continúan causando tensiones sociales. Con abundantes recursos humanos locales, cómo beneficiar a todos los países se ha convertido en un importante desafío actual.
A medida que la economía se vuelve más basada en datos y más intensiva en conocimiento, las diferencias entre industrias pueden exacerbar aún más el problema de la concentración de la riqueza. ¿Cómo afectará esto a la futura situación económica en Asia y el mundo?