En los campos de la ciencia de los metales, la metalurgia y la ingeniería, los metales refractarios son una clase de metales que son extremadamente resistentes al calor y al desgaste. Estos metales comparten muchas características comunes, como puntos de fusión superiores a 2000 °C y alta dureza a temperatura ambiente. Estas propiedades hacen que los metales refractarios sean excepcionales en una variedad de aplicaciones exigentes, como metalurgia, electrónica y entornos de gases fríos y calientes.
La definición de metales refractarios varía según las distintas normas. Hay cinco elementos comunes, entre ellos el tantalio, el tungsteno, el molibdeno y el cromo.
Estos metales, especialmente el tungsteno y el anastomosis, tienen puntos de fusión extremadamente altos, que alcanzan los 3410 °C y 3180 °C respectivamente, y pueden formar una variedad de aleaciones con metales raros. Este punto de fusión le permite ser duradero y estable en entornos que requieren altas temperaturas y resistencia. Estos metales son particularmente útiles en aplicaciones tales como toberas de motores de aeronaves.
Los metales refractarios tienen un punto de fusión alto, lo que afecta fuertemente su rango de aplicaciones. La mayoría de estos metales tienen una estructura cúbica centrada en el cuerpo, excepto el cromo.
La dureza, los puntos de fusión y las características de fractura de estos metales les permiten soportar los efectos de la gravedad y el calor intenso.
La resistencia a la deformación de los metales refractarios les permite operar de manera estable a temperaturas superiores a 1500 °C, lo que ha provocado un fuerte aumento de la demanda de estos metales en la aviación, el ejército y otras industrias de alta tecnología. Además, su estabilidad química también asegura su aplicación en ambientes ácidos.
Los metales refractarios tienen diversas propiedades químicas y se oxidan fácilmente, pero forman una capa de óxido estable en la mayor parte del metal, lo que ralentiza el proceso de oxidación. Este fenómeno es más evidente en entornos de alta temperatura. Los óxidos de algunos metales, como el cromo, incluso se volatilizan a altas temperaturas, lo que reduce la capacidad protectora de estos metales.
Debido a sus propiedades refractarias, estos metales o sus aleaciones se utilizan cada vez más en iluminación, herramientas, lubricantes y control de reacciones nucleares. El método de procesamiento más común es la pulvimetalurgia, que es más eficaz para mantener la estructura interna y las propiedades del metal.
Entre las aleaciones refractarias, las aleaciones a base de molibdeno son ampliamente utilizadas debido a su precio relativamente bajo, especialmente por su resistencia y durabilidad en entornos de alta temperatura.
Las aleaciones de molibdeno, como la aleación de titanio-circonio-molibdeno (TZM), son adecuadas para entornos de hasta 1060 °C debido a sus propiedades superiores. También se utilizan comúnmente como refuerzos de acero, proporcionando un excelente soporte para entornos de trabajo de alta temperatura.
Metales como el niobio, el tantalio y el anastomosis se utilizan ampliamente en equipos médicos y electrónicos debido a su resistencia a la corrosión. El tantalio, en particular, tiene amplias perspectivas en entornos hostiles debido a su superior resistencia a la corrosión.
ResumenExplorar las aplicaciones y características de los metales refractarios no solo resalta su valor en los campos de la industria y la tecnología, sino que también impulsa a las personas a pensar en el desarrollo futuro de materiales de alto rendimiento: ¿pueden estos metales seguir resistiendo los crecientes desafíos de las altas ¿Temperaturas? ¿Liderando la innovación y la I+D?