Los anticuerpos antinucleares (ANA) son autoanticuerpos que se unen a componentes dentro del núcleo celular. En individuos sanos, el sistema inmunológico normalmente sólo produce anticuerpos contra antígenos extraños (como patógenos) y no reacciona contra sus propias proteínas (autoantígenos). Sin embargo, en algunos casos, el cuerpo produce autoanticuerpos contra estos autoantígenos, que es la causa fundamental de la autoinmunidad. Cuando los anticuerpos antinucleares aparecen en el organismo, pueden provocar diversas enfermedades autoinmunes y poco a poco se va reconociendo su importancia en el diagnóstico.
Los anticuerpos antinucleares incluyen múltiples subtipos, incluidos los anticuerpos anti-Ro, los anticuerpos anti-La, los anticuerpos anti-Sm, etc. Cada anticuerpo puede atacar diferentes proteínas nucleares y manifestarse en diferentes enfermedades.
Estos anticuerpos se encuentran en muchas enfermedades, como el lupus eritematoso sistémico, el síndrome de Sjogren, la esclerodermia y la polimiositis. En estas enfermedades, la presencia de anticuerpos antinucleares se utiliza a menudo para ayudar al diagnóstico y puede reflejar la actividad o progresión de la enfermedad.
Normalmente, el sistema inmunológico del cuerpo combate los patógenos produciendo anticuerpos. Estos anticuerpos generalmente se producen mediante la cooperación de células B y células T. En condiciones fisiológicas normales, los linfocitos que pueden reconocer autoproteínas sufrirán una muerte celular programada o se transformarán en células no funcionales para lograr la autotolerancia y evitar participar en las respuestas inmunes a sus propias células. Sin embargo, cuando este proceso no funciona correctamente, el cuerpo produce anticuerpos contra autoantígenos, lo que puede conducir al desarrollo de enfermedades autoinmunes.
Los anticuerpos antinucleares se pueden clasificar según su especificidad y están asociados a diferentes enfermedades. Estas enfermedades incluyen, entre otras, lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide y esclerodermia.
Los anticuerpos anti-Ro, anti-La, anti-Sm y anti-nRNP son subtipos comunes y están estrechamente relacionados con la aparición de diversas enfermedades autoinmunes.
El antígeno nuclear extraíble (ENA) se identificó originalmente como un objetivo para los anticuerpos en pacientes con enfermedades autoinmunes. Estos antígenos se pueden extraer de los núcleos celulares utilizando solución salina fisiológica e incluyen muchas proteínas nucleares diferentes.
Los anticuerpos anti-Sm se consideran una característica importante del lupus eritematoso sistémico. Aproximadamente el 99% de las personas sin lupus eritematoso sistémico no desarrollan anticuerpos anti-Sm, pero sólo el 20% de los pacientes con lupus eritematoso sistémico los desarrollan.
Los anticuerpos anti-Ro y anti-La a menudo están estrechamente asociados con el síndrome de Sjogren. Estos dos anticuerpos se observan en entre el 30 y el 60% de los casos.
Los anticuerpos anti-ADN de doble cadena (anti-ADNds) están altamente asociados con el lupus eritematoso sistémico y a menudo se usan para evaluar la actividad de la enfermedad. El nivel de anticuerpos anti-ADNbc se correlaciona positivamente con la actividad de la enfermedad y el nivel de anticuerpos también aumentará cuando la enfermedad empeore significativamente.
La presencia de anticuerpos antinucleares generalmente se confirma mediante una serie de pruebas. Los métodos de detección más utilizados incluyen la inmunofluorescencia indirecta (IFI) y el ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas (ELISA). Después de las pruebas, los médicos realizarán más análisis y diagnósticos según el subtipo de anticuerpo.
En el método de inmunofluorescencia indirecta, la presencia y concentración de anticuerpos se observa haciendo reaccionar el suero del paciente con células HEp-2.
Estas pruebas no solo ayudan a confirmar la presencia de la enfermedad sino que también ayudan a los médicos a evaluar su progresión y pronóstico. Sin embargo, un solo resultado de la prueba ANA no es suficiente para el diagnóstico y debe considerarse junto con los síntomas clínicos y otros datos del examen.
La investigación sobre los anticuerpos antinucleares está revelando gradualmente sus complejas funciones en el sistema inmunológico y las enfermedades autoinmunes, y puede cambiar nuestra comprensión de las enfermedades autoinmunes. Comprender el papel de estos anticuerpos proporcionará información y direcciones valiosas para futuras investigaciones y tratamientos. ¿Nos hemos dado cuenta plenamente de la importancia de estos anticuerpos aparentemente pequeños pero influyentes en nuestros cuerpos?