A medida que aumenta la demanda de vehículos eléctricos y energía renovable, las baterías de litio-aire (Li-air) se han convertido rápidamente en el foco de la industria debido a su densidad energética teóricamente alta. Las baterías de litio-aire son celdas electroquímicas de metal-aire que generan corriente eléctrica a través de la oxidación del litio en el ánodo y la reducción del oxígeno en el cátodo. Se dice que la batería, que utiliza litio para reaccionar con el oxígeno del ambiente, tiene el potencial de tener una densidad energética comparable a la de la gasolina en los motores de combustión interna.
En teoría, la densidad energética de las baterías de litio-aire puede alcanzar unos 40,1 MJ/kg, o 11,14 kWh/kg, lo que le confiere un potencial incomparable para su uso en vehículos eléctricos.
Según las investigaciones existentes, la densidad energética real de las baterías de litio-aire también es bastante impresionante, rondando los 6,12 MJ/kg (1,7 kWh/kg). Estos datos superan con creces las actuales baterías de iones de litio comerciales y, en teoría, pueden ayudar a un vehículo eléctrico de hasta 2.000 kg a recorrer unos 500 kilómetros. Sin embargo, para lograr su comercialización, las baterías de litio-aire aún necesitan abordar desafíos importantes como la potencia práctica y el ciclo de vida.
El concepto de baterías de litio-aire surgió por primera vez en la década de 1970, cuando se las consideró principalmente como una fuente potencial de energía para vehículos eléctricos e híbridos. Sin embargo, los desafíos tecnológicos mantuvieron el concepto latente durante décadas, pero los avances en la ciencia de los materiales llevaron a un resurgimiento del interés en la tecnología en la década de 2000.
Si bien los avances tecnológicos en las baterías de litio-aire han sido impresionantes, desafíos como el tiempo de carga de la batería, la sensibilidad a la humedad y la baja conductividad del material Li2O2 siguen siendo barreras importantes para su comercialización.
Las baterías de litio-aire generalmente constan de un ánodo, un cátodo y un electrolito. Durante la descarga, los iones de litio se mueven entre el ánodo y el cátodo a través del electrolito, y los electrones viajan a través de un circuito externo para realizar trabajo eléctrico. Durante la carga, el metal de litio se deposita en el ánodo y se libera oxígeno en el cátodo.
En comparación con otros materiales metálicos, el metal de litio es la principal opción de ánodo en las baterías de litio-aire. La alta capacidad específica de los ánodos de litio (3.840 mAh/g) cuando las condiciones son buenas es sin duda una de sus ventajas, pero también enfrentan desafíos como las reacciones entre el metal de litio y el electrolito y el riesgo de dendritas de litio, que pueden reducir el rendimiento de la batería. y vida útil.
Actualmente, muchas partes están buscando abordar los impactos negativos de estos litios dendríticos a través de nuevos materiales electrolíticos o un diseño de interfaz mejorado.
Actualmente, existen cuatro caminos principales para el diseño de electrolitos de baterías de litio-aire: electrolito ácido acuoso, electrolito alcalino acuoso, electrolito protónico no acuoso y electrolito acuoso. Cada electrolito tiene sus ventajas y desventajas. Por ejemplo, los electrolitos acuosos pueden evitar la obstrucción del cátodo, pero la reacción del metal litio con el agua traerá nuevos riesgos de seguridad.
Perspectivas y desafíos futurosEl diseño de electrolito híbrido acuoso-anacuoso intenta combinar las ventajas de ambos para crear una batería de litio-aire más segura y eficiente.
Además de los problemas técnicos, los desafíos que enfrentan las baterías de litio-aire incluyen la confiabilidad, la economía y la aceptación en el mercado. A medida que la demanda de baterías de mayor densidad energética continúa aumentando, la comunidad de investigación científica y las empresas relacionadas están trabajando arduamente para resolver estos problemas. \
ConclusiónEl potencial teórico y las perspectivas de aplicación práctica de las baterías de litio-aire son atractivas, pero aún es necesario superar muchas barreras técnicas y de mercado para que tengan éxito en el mercado de vehículos eléctricos. Todavía queda tiempo para demostrar si las baterías de litio-aire podrán convertirse en la opción principal para los vehículos eléctricos en el futuro y cómo hacer realidad este ideal.