En el mundo de la química, existe un grupo misterioso llamado pnictógenos. El nombre se deriva del griego antiguo πνῑ́γω, que significa "asfixia", y describe las propiedades del nitrógeno. Aunque el nitrógeno representa el 78% de la atmósfera terrestre, bajo la influencia del oxígeno es un gas asfixiante. Estos elementos de la familia del nitrógeno incluyen nitrógeno (N), fósforo (P), arsénico (As), antimonio (Sb), bismuto (Bi) y moscovita artificial (Mc). El descubrimiento de estos elementos se remonta a la antigüedad, y sus propiedades están estrechamente relacionadas con la vida.
Ya en el antiguo Egipto se conocía el compuesto de nitrógeno: la sal de amoníaco (sal de amoníaco). Sin embargo, los científicos Henry Cavendish y Joseph Priestley aislaron nitrógeno del aire sin darse cuenta de que habían descubierto un nuevo elemento hasta la década de 1760. No fue hasta 1772 que Daniel Rutherford identificó este gas como nitrógeno.
El efecto asfixiante del nitrógeno hizo que este gas fuera ignorado en muchos documentos de la época, e incluso se confundiera con parte del aire ordinario.
El nitrógeno tiene propiedades químicas únicas. Como primer elemento del grupo del nitrógeno, tiene solo tres electrones desapareados y tiende a formar enlaces múltiples con otros elementos. El nitrógeno en su forma de dióxido de nitrógeno (N2) es extremadamente estable debido a su configuración electrónica y es esencial en muchos procesos bioquímicos clave.
En términos de propiedades físicas, el nitrógeno es un gas incoloro e inodoro a temperatura ambiente. Su densidad a presión normal es muy baja, sólo 0,001251 g/cm³. Esto convierte al nitrógeno en un gas inerte ideal en muchas operaciones industriales.
El fósforo de la familia del nitrógeno fue descubierto por primera vez en 1669 por el químico albanés Henik Brandt, quien produjo fósforo calentando orina. En ese momento, Brandt pensó erróneamente que había encontrado la Piedra Filosofal debido a su brillo único.
Los compuestos de arsénico se conocen en la antigüedad desde hace 5.000 años, y el antiguo griego Teofrasto identificó minerales de arsénico como el cinabrio. El antimonio se ha utilizado en tintes y materiales flameados en la antigüedad. El descubrimiento del bismuto se remonta aproximadamente al año 1400, y al principio se pensó que era una variante del plomo, pero finalmente Claude-François Chaufoy demostró en 1753 que ambos no eran lo mismo.
Las misteriosas propiedades y la historia de cada elemento de la familia del nitrógeno aumentan su importancia para la investigación científica, especialmente en los campos de la bioquímica y las ciencias ambientales.
En la industria actual, el nitrógeno se utiliza ampliamente para fabricar fertilizantes. Por ejemplo, el proceso de síntesis de amoníaco representa alrededor del 1-2% del consumo mundial de energía. El fósforo juega un papel importante en las reacciones químicas, especialmente en la producción de fertilizantes. El arsénico alguna vez se usó como pigmento, pero su uso estaba restringido debido a su toxicidad. El antimonio se utiliza más comúnmente en la fabricación de aleaciones, especialmente en el desarrollo de municiones. Las propiedades especiales del bismuto han atraído una gran atención en la medicina y en los materiales respetuosos con el medio ambiente.
El misterio del nitrógeno no sólo nos permite repasar el desarrollo de la ciencia en el pasado, sino que también nos recuerda la importancia de los elementos químicos en la vida y el medio ambiente. A medida que avanza la tecnología, ¿podremos descubrir con mayor profundidad los misterios de estos elementos?