En la historia antigua de la elaboración del vino, el roble siempre ha sido un material importante para la fabricación de barricas de vino. Desde el color y el sabor hasta el carácter tánico del vino, el uso del roble no sólo proporciona comodidad de almacenamiento, sino que también mejora significativamente la calidad del vino. De hecho, la historia de cómo los antiguos descubrieron la influencia del roble en el vino tiene una gran importancia histórica.
El roble no sólo se utiliza para fabricar barricas de vino, sino que también se puede añadir al vino en forma de astillas o astillas que flotan libremente. Estas maderas no sólo proporcionan el aroma y sabor del vino durante la fermentación o el envejecimiento, sino que también promueven la maduración del vino a través de bajos niveles de exposición al oxígeno.
La porosidad de las barricas de roble permite la evaporación del agua y el alcohol en el vino, al tiempo que permite la entrada de pequeñas cantidades de oxígeno. Este proceso ayuda a suavizar los taninos del vino.
En la historia temprana de la elaboración del vino, la ambrosía de cerámica se utilizaba principalmente para almacenar vino. En cuanto al uso de barricas de madera, es difícil rastrear su historia debido al carácter perecedero de la madera. El historiador griego Heródoto mencionó que los antiguos mesopotámicos utilizaban madera de palma para fabricar barriles para transportar alcohol. Sin embargo, debido a que la madera de palma era dura y no podía procesarse fácilmente, los comerciantes comenzaron a explorar otras maderas, como el roble. Ya en el Imperio Romano se empezó a utilizar mucho el roble. Con el tiempo, los enólogos descubrieron que las barricas de roble no sólo facilitaban el almacenamiento, sino que también daban al vino un carácter más suave. \n
El tipo de roble tiene un profundo impacto en la elaboración de cerveza. El roble americano es principalmente roble blanco (Quercus alba), que crece rápidamente, tiene una veta ancha y un bajo contenido de taninos. Está ampliamente distribuido en el este de los Estados Unidos. Por el contrario, el roble francés (como el roble inglés) se valora por su grano más fino y sus componentes aromáticos más ricos.
Estos robles de diferentes fuentes afectan el vino final debido a sus diferentes componentes de sabor y propiedades de sellado de humedad.
El proceso de elaboración de cerveza en barricas de roble se puede dividir a grandes rasgos en cocción y tostado. Durante este proceso se calienta el roble, ablandándolo y dándole la forma de barrica. El grado de tueste de la barrica puede afectar significativamente el sabor final del vino.
Durante el proceso de tostado se liberan compuestos de la madera como el alcohol vanilílico y compuestos fenólicos, que le dan al vino su sabor único.
A medida que avanza la tecnología, muchas bodegas también están comenzando a utilizar sustitutos como virutas de roble para agregar rápidamente sabor a roble. Aunque estos sustitutos pueden impartir aroma al vino en un corto período de tiempo, los críticos creen que sus sabores son a menudo monótonos y no pueden reemplazar completamente las barricas de roble tradicionales.
Sin embargo, para las empresas sensibles a los precios, estas alternativas ofrecen una opción más rentable.
Cuando analizamos la importancia del roble en la historia de la elaboración del vino, no solo podemos ver cómo mejora la calidad del vino, sino también pensar en cómo la tecnología enológica seguirá evolucionando en el futuro. Las características del roble combinadas con el pensamiento innovador de los enólogos pueden dar como resultado vinos aún más sorprendentes. La gente no puede evitar preguntarse: con el avance de la tecnología, ¿habrá más materiales mágicos para elaborar cerveza en el futuro?