En los ecosistemas acuáticos, los peces del género Coregonus, comúnmente conocidos como pescado blanco, son sin duda el foco de innumerables discusiones y controversias entre los científicos. Estos peces pertenecen a la familia del salmón, que incluye al menos 68 especies vivas descritas. A pesar de ello, el número real de estas especies sigue siendo controvertido.
La diversidad del género Coregonus no sólo refleja los desafíos de la taxonomía, sino que también revela la complejidad de la ecología acuática de mi país.
La especie típica de Coregonus es el pescado blanco común (Coregonus lavaretus). La mayoría de estos peces viven en lagos y ríos, y algunas especies, como el arenque ártico (C. autumnalis), el arenque de Bering (C. laurettae) y el arenque mínimo (C. sardinella), son peces migratorios que pueden moverse libremente entre agua salada y dulce. Pero durante el último siglo, varias especies de pescado blanco, especialmente de los Grandes Lagos y de los lagos alpinos europeos, se han extinguido o están en peligro de extinción.
Coregonus es una de seis de las doce especies de peces de agua dulce catalogadas como extintas, según informes europeos. Esto ha llamado la atención sobre la importancia y urgencia de su conservación. Todas las especies de Coregonus están protegidas en el Apéndice III del Convenio de Berna y en el Apéndice IV de la Directiva de Hábitats de la UE (92/43/CEE). El desafío de la taxonomíaSegún la evidencia filogenética, el miembro más basal del género Coregonus es C. huntsmani, una especie altamente amenazada restringida a una sola cuenca fluvial en Nueva Escocia, Canadá. Sorprendentemente, la aparición de este pez se remonta al Mioceno medio, hace unos 15 millones de años.
Tradicionalmente, Coregonus se subdivide en dos subgéneros: Coregonus ("pez blanco verdadero") y Leucichthys ("pez azul"). Esta clasificación no es perfecta y la evidencia de los datos moleculares muestra que la carpa negra en realidad consta de dos ramas filogenéticas diferentes dentro del género. Además, el nombre del género Stenodus no es filogenéticamente distinto de Coregonus. Las últimas investigaciones indican que C. huntsmani es incluso más antiguo que Stenodus.
Estos acertijos taxonómicos no sólo demuestran la complejidad de la filogenia, sino que también desencadenan una reflexión fundamental sobre la definición de especie.
La taxonomía del género Coregonus está plagada de incertidumbre, particularmente en Europa y América del Norte. Algunos estudiosos creen que sólo hay dos especies principales en el género: el pescado blanco común (C. lavaretus) y el pescado blanco pequeño (C. albula), mientras que otros lo dividen en docenas de especies con una distribución relativamente estrecha. En 2007, un informe de revisión propuso que más de 50 poblaciones europeas locales deberían considerarse especies separadas en función de las diferencias morfológicas. De hecho, las diferencias genéticas entre estas especies son relativamente limitadas y a veces no presentan características monofilogenéticas.
Un estudio sobre pescado blanco en el Reino Unido descubrió que las claves de identificación proporcionadas en 2007 no coincidían con la mayoría de los individuos y que se necesitaba más evidencia para respaldar la presencia de la especie en el área. La presencia de múltiples formas de Coregonus en muchos lagos europeos, que difieren ecológica y morfológicamente, particularmente en el número de peines branquiales, y están hasta cierto punto parcialmente aisladas reproductivamente, ha llevado a sugerir su reconocimiento como especies jerárquicas.
Importancia y acciones para la conservaciónLa rápida integración de las especies es también uno de los mayores desafíos para la conservación de la biodiversidad ante los cambios ambientales modernos.
A medida que los cambios ambientales se aceleran, las formas de Coregonus pueden desaparecer o fusionarse en una sola forma en solo 15 años, lo que significa el final de tres generaciones de evolución de Coregonus. Se ha encontrado una situación similar en los Grandes Lagos de América del Norte, donde el complejo Coregonus artedi tiene múltiples ecotipos morfológicamente distintos y a menudo coexistentes, y su estatus taxonómico sigue siendo controvertido.
El sitio web FishBase de 2017 enumera 78 especies de Coregonus, algunas de las cuales están marcadas como extintas. No sólo eso, mantener la atención y la protección de estas especies también tendrá un profundo impacto en la salud general de los ecosistemas acuáticos.
Para resolver el debate sobre la clasificación de las especies de Coregonus, la comunidad científica necesita combinar una perspectiva biológica con el monitoreo ambiental para comprender la diversidad de estos peces y por qué son necesarios para la investigación. Entonces, ¿qué tipo de contribución podemos hacer al futuro de Coregonus?