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La creadora de nombres de la ingeniería de software: cómo cambió las reglas del juego en el mundo de la tecnología
En la historia de la ciencia y la tecnología, el nombre de Margaret Hamilton es como una estrella deslumbrante que ilumina el camino a seguir para innumerables mujeres en el campo STEM. Hamilton, un científico informático estadounidense y director del departamento de ingeniería de software del laboratorio de instrumentación del MIT, no sólo fue pionero en el software de vuelo para el programa Apollo de la NASA, sino que también acuñó el término "ingeniería de software". Su contribución no debe olvidarse, ya que cambió la forma de ver y entender el desarrollo de software.
"El proceso de creación de software debe considerarse una disciplina de ingeniería, al igual que el hardware".
Margaret Elaine Heafield nació en Paoli, Indiana en 1936 y creció en Michigan. Recibió su licenciatura en matemáticas en 1958 y desarrolló un gran interés en las matemáticas abstractas a una edad temprana. Hamilton comenzó su carrera en el departamento de meteorología del MIT, donde contribuyó al desarrollo de software para modelos de pronóstico. A partir de 1961, Hamilton participó en el programa SAGE, que desarrolló un sistema de defensa aérea para la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
Sin embargo, fue su trabajo en el programa Apolo lo que la hizo famosa. En 1965, se unió al Laboratorio de Instrumentación del MIT y se convirtió en la primera programadora en escribir software para las misiones Apolo. En ese momento, no existía una definición definitiva del concepto de "ingeniería de software", pero Hamilton, con su aguda perspicacia, se dio cuenta del potencial y la importancia de este campo.
"Quiero ver que el desarrollo de software sea reconocido formalmente como una disciplina de ingeniería".
Durante el aterrizaje del Apolo 11, fue el sistema de detección y recuperación de errores diseñado por Hamilton el que salvó toda la misión. Cuando ocurrieron errores inesperados durante el vuelo, las computadoras de la nave pudieron identificar los problemas a tiempo y priorizar la misión, lo que permitió a Armstrong y Aldrin aterrizar con éxito en la superficie lunar. Este momento no sólo cambió la historia, sino que también demostró la contribución de Hamilton a la confiabilidad del software y la ingeniería de sistemas.
La carrera de Hamilton no se limitó a la NASA. En 1976, cofundó Higher Order Software y más tarde fundó Hamilton Technologies, Inc., y desarrolló el Lenguaje de Sistemas Universal (USL), que fue diseñado para prevenir y reducir errores en el software. Esta idea innovadora ha resonado ampliamente en la industria, impulsando a más profesionales a centrarse en la confiabilidad del software y el diseño de sistemas.
"Creo programas que están diseñados para prevenir errores, en lugar de probarlos después de que ocurren".
Además de sus logros técnicos, Hamilton se ha convertido en una figura icónica para las mujeres en los campos STEM. Ha recibido numerosos reconocimientos y en 2016 el presidente estadounidense Barack Obama le concedió la Medalla de la Libertad en reconocimiento a sus importantes contribuciones a las misiones espaciales.
Con el paso del tiempo, la influencia del nombre de Hamilton y su trabajo en el mundo de la tecnología se hizo más evidente. En 2017, su imagen se convirtió en un kit Lego “NASA Women” y en 2019, Google también la conmemoró de manera especial, mostrando sus contribuciones a las misiones Apolo.
"El progreso de la ciencia no sólo depende de la tecnología, sino también de las mujeres que se atreven a desafiar la tradición y seguir adelante".
La vida de Hamilton estuvo llena de desafíos a sus propias limitaciones. Su trabajo no sólo amplió los límites de la ciencia y la tecnología, sino que también sentó un ejemplo para los futuros profesionales de la tecnología. En este contexto, podemos reflexionar sobre cuántos pioneros como ella necesita el mundo tecnológico del futuro.
