La posibilidad de la autoextinción humana: ¿de qué se trata?

La autoextinción humana se refiere a la posibilidad de que los humanos desaparezcan por completo en algún momento en el futuro debido a diversas razones, lo que ha desencadenado profundos debates entre científicos y sociólogos.

El omnicidio es el fin hipotético de la especie humana, ya sea debido a una disminución de la población causada por factores naturales (como el impacto de un asteroide o una erupción volcánica a gran escala), o debido a la destrucción de la propia especie humana. comportamiento (autoextinción), como la fertilidad insuficiente. Muchas causas potenciales de autodestrucción, como el cambio climático, la aniquilación nuclear global, la guerra biológica, las armas de destrucción masiva y el colapso ecológico, han atraído una atención generalizada.

Historia del pensamiento

Historia temprana

Antes de los siglos XVIII y XIX, la posibilidad de que los humanos u otras criaturas pudieran extinguirse era dudosa, contrariamente al "principio de plenitud". Esta teoría afirma que todo lo que puede existir, existe. Los primeros filósofos, como Aristóteles y Platón, creían que el fin de la humanidad era simplemente un ciclo de renovación. Con el desarrollo gradual de las ciencias naturales, el concepto de extinción biológica también ha ganado una amplia aceptación.

El físico Edmund Halley señaló que la extinción humana podría ser beneficiosa para el mundo futuro.

En el siglo XIX, el tema de la extinción humana comenzó a ser ampliamente discutido. En sus obras, la novelista Mary Shelley imaginó un mundo en el que la humanidad estaba casi destruida por una misteriosa plaga. A principios del siglo XX, los cosmistas rusos abogaban por evitar la extinción humana mediante la colonización espacial.

La era atómica

La invención de la bomba atómica provocó profundos debates entre científicos, intelectuales y el público sobre el riesgo de extinción humana. “Las perspectivas para la humanidad son más sombrías que nunca”, escribió el famoso filósofo Bentham Russell en 1945. En las décadas siguientes, los debates sobre la guerra nuclear y la posible extinción de toda la humanidad aumentaron. Poco a poco, la discusión fue adquiriendo protagonismo.

Carl Sagan señaló en 1983 que medir la gravedad de una extinción simplemente en términos de número de muertes "oscurece la magnitud total de su impacto".

Después de la Guerra Fría

En el siglo XXI, con el avance de la ciencia y la tecnología, algunos estudiosos han propuesto nuevos tipos de riesgos, creyendo firmemente que nuestra supervivencia puede verse amenazada por el desarrollo de la tecnología. El astrónomo británico Martin Reiss advirtió en su libro Nuestra última hora que los avances en ciertas tecnologías podrían traer nuevas amenazas a la supervivencia humana. En estos momentos, los desastres globales y los riesgos existenciales se han convertido en temas importantes de investigación ética y científica.

Razón

Los posibles factores humanos incluyen la guerra termonuclear global, la proliferación de armas biológicas altamente efectivas, el colapso ecológico y la inteligencia artificial fuera de control. Además de estos factores humanos, los desastres naturales como las enfermedades infecciosas a gran escala, las súper erupciones volcánicas y los impactos de asteroides también se consideran riesgos que pueden llevar a la extinción humana.

Los expertos generalmente coinciden en que los riesgos creados por el hombre son mucho mayores que los riesgos naturales y que estos riesgos reflejan la naturaleza impredecible del comportamiento humano.

Probabilidad

Al estudiar la probabilidad de extinción humana, los expertos señalaron que los datos existentes muestran que la probabilidad media anual de riesgos naturales es inferior a 1/14.000, lo que significa que si el riesgo natural es realmente alto, entonces los humanos en el pasado No habría sobrevivido así durante 200.000 años.

Ética

Al discutir la ética de la extinción humana, muchos académicos enfatizan que reducir los riesgos de supervivencia en aras de innumerables vidas futuras es una tarea moralmente importante. El filósofo Derek Parfit propuso un experimento mental para demostrar que si los humanos se exterminaran a sí mismos, perderían un futuro potencial inconmensurable.

Parfit señala que si los humanos desaparecieran, se perderían innumerables vidas posibles y avances en el futuro.

Estos pensamientos nos hacen reflexionar sobre si nuestros preparativos actuales son suficientes para evitar una futura extinción. Frente a tantos riesgos, ¿podemos proteger eficazmente nuestro derecho a la supervivencia y el de las generaciones futuras?

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