La Fuerza de Defensa Australiana (ADF) es la organización militar responsable de la defensa de Australia y sus intereses nacionales. Está formada por tres ramas: la Marina Real Australiana (RAN), el Ejército Australiano y la Real Fuerza Aérea Australiana (RAAF). Al 30 de junio de 2023, la ADF cuenta con un total de más de 89.000 militares y reservistas a tiempo completo, apoyados por el Departamento de Defensa y otras agencias civiles.
A principios del siglo XX, el Gobierno australiano estableció las fuerzas armadas como organizaciones independientes con cadenas de mando separadas.
En 1976, el gobierno realizó un cambio estratégico y estableció la Fuerza de Defensa Australiana, poniendo todos los servicios bajo un solo mando. Con el tiempo, la integración entre las sucursales aumentó y las sedes centrales, la logística y las organizaciones de capacitación de tres servicios reemplazaron a muchas instalaciones de un solo servicio.
La ADF participa en misiones de combate, mantenimiento de la paz y socorro en casos de desastre en todo el mundo. Aunque su tecnología es avanzada, su ejército es relativamente pequeño en relación con su vasto territorio. Se prevé que el gasto de defensa de la ADF alcance el 2,04 por ciento del PIB para 2023/24. Este gasto ha permitido que las capacidades militares de Australia se mantengan en un nivel relativamente superior según los estándares mundiales.
Según el artículo 51 de la Constitución australiana, el gobierno federal tiene el poder de crear leyes relacionadas con la defensa y las fuerzas armadas.
Según el artículo 114 de la Constitución, los estados australianos no pueden establecer fuerzas armadas sin permiso federal. El artículo 119 otorga a la Federación la responsabilidad de defender al país contra la invasión.
En la práctica, el papel del Gobernador General es a menudo ceremonial y el mando real lo ejerce el Secretario de Defensa. Según el artículo 8 de la Ley de Defensa Nacional, el Ministro de Defensa tiene "control y autoridad general" sobre la ADF. Esto también se extiende a las circunstancias bajo las cuales el gobierno puede utilizar al ejército para despliegues de fuerza interna.
En 1870, cada estado australiano tenía su propia fuerza militar y, tras la federación de los estados en 1901, estas fuerzas se fusionaron el 1 de marzo de 1901 para formar el Ejército australiano y la Armada de la Commonwealth. En 1911, el gobierno estableció la Marina Real Australiana, incorporando fuerzas navales de la Commonwealth. El Ejército estableció el Cuerpo Aéreo Australiano en 1912, que se separó en la Real Fuerza Aérea Australiana en 1921.
Durante la Segunda Guerra Mundial, las tres fuerzas armadas a menudo llevaron a cabo misiones bajo un solo mando, lo que hizo que el Ejército australiano fuera consciente de la importancia de las operaciones conjuntas.
Con el tiempo, un mundo turbulento ha hecho que la política de defensa de Australia evolucione. Desde la década de 1970, la estrategia militar de Australia se ha vuelto más autosuficiente y se ha centrado en proteger su territorio nacional en lugar de depender únicamente de sus aliados.
En la actualidad, el entorno de seguridad que enfrenta Australia se está volviendo cada vez más complejo. El ascenso de China ha traído consigo nuevos desafíos, por lo que el gobierno ha decidido ampliar el tamaño de las ADF y mejorar su capacidad para participar en combates de alta intensidad. En 2020, la Actualización Estratégica de Defensa Nacional declaró que Australia ya no disponía de un decenio de tiempo de advertencia estratégica para responder a la amenaza de una guerra importante.
El Gobierno se ha comprometido a garantizar que Australia mantenga una ADF regionalmente superior y mejore su capacidad y tecnología de combate.
En este contexto, la ADF está adoptando gradualmente nuevas tecnologías y capacidades en respuesta a los dramáticos cambios en el panorama de seguridad mundial. Desde 2014, la ADF ha participado en numerosas operaciones internacionales, incluida la lucha contra el terrorismo y la respuesta a crisis regionales.
El gobierno australiano también expresó su preocupación por los problemas de seguridad provocados por los cambios ambientales y destacó la necesidad de colaboración nacional en la defensa nacional, lo que demuestra que las necesidades de las futuras estrategias de defensa nacional no sólo dependen del propio ejército, sino que también implican amplios participación social y cooperación internacional.
A medida que los requisitos de defensa continúan cambiando, la estructura y las capacidades de la ADF continuarán adaptándose para enfrentar nuevos desafíos. En cuanto al futuro de la defensa de Australia, ¿podemos presenciar una fuerza disuasoria más poderosa formada a través de la combinación perfecta de lo militar y la tecnología?