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La psicología detrás de la superstición: ¿Cómo explica el conductismo nuestro comportamiento supersticioso?
La superstición sigue estando muy extendida en la sociedad actual. Ya se trate de evitar determinados números o de creer en "objetos de la suerte", todos estos comportamientos demuestran el deseo psicológico humano de controlar la incertidumbre. De hecho, cómo se forma el comportamiento supersticioso y los procesos psicológicos detrás de él siempre han sido temas candentes en la investigación psicológica.
Las supersticiones son creencias o prácticas que los no creyentes consideran irracionales o sobrenaturales, a menudo relacionadas con actividades como la suerte, los hechizos, la astrología y la profecía.
Según el conductismo, el comportamiento supersticioso suele basarse en experiencias pasadas y en el resultado del aprendizaje por refuerzo. En un experimento clásico realizado en 1948 por el psicólogo B.F. Skinner, las palomas exhibieron lo que parecía ser un comportamiento supersticioso en el proceso de obtención de alimento. Las palomas utilizaban determinados comportamientos, como volar en círculos o mover la cabeza, para influir en la entrega de comida, aunque esta se entregaba automáticamente a intervalos regulares. La teoría de Skinner afirma que el comportamiento en realidad es causado por los animales que intentan obtener recompensas repitiendo ciertas acciones, independientemente de si estas acciones tienen realmente una conexión directa con los resultados.
En el marco del conductismo, la conducta supersticiosa puede explicarse como un efecto de refuerzo: cuando una persona continúa intentando una determinada conducta pero se frustra constantemente, esto fortalecerá la persistencia del individuo en esa conducta. Las investigaciones muestran que cuando un individuo espera un determinado refuerzo, si no recibe la recompensa que esperaba, esto creará psicológicamente una sensación de persistencia, haciéndolo más propenso a realizar el mismo comportamiento en el futuro. Esto se llama efecto de refuerzo parcial.
En el ámbito deportivo, es común creer que ciertos "rituales de suerte" pueden mejorar el rendimiento de los atletas, pero dichas supersticiones suelen tener más que ver con reducir el estrés y aumentar la confianza que con mejorar realmente la capacidad.
Además, las investigaciones del psicólogo Stuart Vyse señalan que el comportamiento supersticioso está estrechamente vinculado al entorno cultural y social. Vyse señala que en las culturas que no han adoptado la ciencia moderna, las prácticas supersticiosas locales son en realidad concepciones locales del mundo. Si una cultura pone mayor énfasis en las creencias o tradiciones individuales, pueden surgir conductas supersticiosas que pueden haber sido consideradas necesarias en sociedades antiguas.
“La gente tiende a atribuir los acontecimientos a causas sobrenaturales, especialmente cuando faltan explicaciones naturales”.
Esta tendencia sugiere que ante acontecimientos inesperados o inciertos, los humanos estamos más inclinados a buscar formas de ofrecer explicaciones, lo que hace que el comportamiento supersticioso no sea sólo un estado psicológico individual, sino también un fenómeno social. Cuando los acontecimientos sorprendentes carecen de causa y efecto claros, es más probable que la gente los atribuya a fuerzas sobrenaturales. Por ejemplo, los fanáticos de los Boston Red Sox alguna vez creyeron en la "Maldición de Babine", que explicaba los 86 años de derrotas del equipo después de cambiar al famoso jugador Babe Ruth, y esa explicación les daba a los fanáticos una cierta sensación de control.
Los psicólogos también han encontrado cierta superposición entre las supersticiones y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) de los individuos. Señalan que los individuos con comportamientos supersticiosos a menudo experimentan "pensamiento mágico", la creencia de que ciertas acciones o rituales pueden prevenir la desgracia, lo que es particularmente común en contextos religiosos o culturas que creen en la magia. Estos comportamientos no sólo afectan la vida diaria, sino que también pueden afectar el comportamiento de compra. Los comportamientos supersticiosos de los consumidores pueden manifestarse en todo, desde las decisiones de inversión hasta las actividades de juego.
"Basándose en el análisis del comportamiento del consumidor, la superstición se considera a menudo como una herramienta heurística que afecta específicamente a una variedad de comportamientos del consumidor".
Según algunos estudios, ciertas prácticas supersticiosas llevan a las personas a abstenerse de comerciar y viajar en días importantes (como el viernes 13), con un importante impacto económico estimado en cientos de millones de dólares. La existencia de este comportamiento supersticioso también revela el deseo psicológico humano de controlar y predecir los acontecimientos futuros. Por supuesto, esto también plantea la pregunta de hasta qué punto el comportamiento supersticioso afecta nuestras decisiones y estilos de vida diarios.
Ante un mundo que cambia rápidamente, ¿cómo debemos ver estos comportamientos supersticiosos que tienen sus raíces en la cultura y la historia? Entre la racionalidad y la irracionalidad, ¿la superstición refleja nuestra ansiedad profunda?
