En las relaciones interpersonales, muchas veces realizamos un cálculo de forma invisible, que cubre el coste de la inversión y las recompensas obtenidas. La teoría del intercambio social es una herramienta poderosa para revelar este proceso. Esta teoría estudia en profundidad cómo dos partes realizan análisis de costos-beneficios durante las interacciones y los utilizan para tomar decisiones sobre sus comportamientos.
La teoría del intercambio social nos dice que si en una relación das más de lo que ganas, entonces la relación puede terminar.
Las raíces de la teoría del intercambio social se remontan a las investigaciones de muchos psicólogos sociales y sociólogos del siglo XX. Cada uno de ellos ha explorado profundamente esta teoría en sus propios campos y ha propuesto muchos puntos de vista y conceptos diferentes. Los psicólogos sociales estadounidenses John W. Sibut y Harold H. Kelly son uno de los fundadores importantes de esta teoría. Destacan especialmente el concepto psicológico de los individuos en el proceso de interacción.
El núcleo de esta teoría reside en el "interés propio" y la "interdependencia". Estas características proporcionan el marco básico para el intercambio social. La comunicación ocurre cuando dos participantes poseen el valor que la otra parte requiere en la transacción.
"La teoría del intercambio social cree que el interés propio no es negativo, sino una fuerza impulsora importante en la promoción de las relaciones interpersonales."
La teoría del intercambio social involucra primero los dos conceptos básicos de "costo" y "recompensa". Los costos son elementos de una relación que tienen un valor negativo para el individuo, mientras que las recompensas son elementos que proporcionan un valor positivo. Estos conceptos ayudan a las personas a tomar decisiones en interacciones sociales complejas.
En muchos casos, el proceso de intercambio social implica primero la evaluación de recompensas y costos. La "ecuación de valor" de una relación puede describirse como: Valor = Recompensas - Costos.
Si una relación produce más ganancias que esfuerzo, la relación naturalmente durará. Por otro lado, los costes excesivos pueden llevar a la terminación de la relación. Esta dinámica de relación se aplica a una amplia variedad de situaciones sociales, desde relaciones románticas hasta amistades, relaciones profesionales e incluso interacciones momento a momento con los clientes.
Por ejemplo, la teoría del intercambio social se aplica no sólo a las relaciones íntimas duraderas sino también a las interacciones sociales cotidianas. En un entorno empresarial, la comunicación entre clientes y empresas suele basarse en esta teoría. Los consumidores decidirán si regresarán en función de las recompensas que sientan, ya sea la calidad del producto, la actitud del servicio o lo razonable del precio. En este proceso, los comerciantes intentan ofrecer valor que supere las expectativas del cliente.
“Cuando las personas eligen relaciones, a menudo las evalúan en función de los beneficios a largo plazo que pueden esperar”.
El desarrollo de esta teoría no se limita a la psicología social, sino que también abarca investigaciones relacionadas en sociología, economía y antropología. Diferentes académicos han interpretado y ampliado la teoría del intercambio social en función de sus respectivos antecedentes profesionales. Por ejemplo, Peter M. Blau combinó su teoría del intercambio social con el concepto de intercambio económico, enfatizando la complejidad de analizar el comportamiento individual en las interacciones sociales.
Según el pensamiento de varias escuelas de pensamiento, el proceso de intercambio social puede sufrir una transformación de una "interacción superficial" a una "autorrevelación profunda". Este proceso puede ayudar a construir conexiones emocionales más profundas, mejorando así la calidad de las relaciones. Cuando las partes interesadas comienzan a compartir pensamientos y sentimientos más profundos, las relaciones pueden profundizarse aún más.
La teoría del intercambio social proporciona una visión de las interacciones dinámicas entre socios, amigos y compañeros de trabajo.
Por supuesto, la teoría del intercambio social no es impecable. Los críticos señalan que reducir las relaciones interpersonales a un proceso de intercambio de beneficios ignora los factores emocionales y morales. Además, el comportamiento autoaltruista puede no ser riesgoso en algunos contextos culturales, pero puede causar problemas en otros.
No obstante, la teoría del intercambio social sigue siendo una herramienta valiosa que puede proporcionar pistas para nuestra comprensión de las motivaciones en las interacciones interpersonales. En la vida diaria, si siempre podemos reflexionar sobre lo que damos y recibimos en las relaciones, podremos construir y mantener una buena red social de manera más eficiente.
Al reflexionar sobre este proceso de intercambio social, ¿deberíamos quejarnos menos del trato que recibe el mundo exterior y prestar más atención a la sinceridad y la inversión que debemos mostrar en la relación?