El sistema educativo vietnamita es un sistema educativo nacional operado por el Ministerio de Educación y Formación, que se divide en cinco etapas: jardín de infancia, escuela primaria, escuela elemental, escuela secundaria y educación superior. En este sistema, la cuestión del estrés del aprendizaje se ha convertido gradualmente en un problema social importante, que afecta la salud mental y el bienestar de los estudiantes.
En Vietnam, los principales objetivos del sistema educativo son mejorar el conocimiento general, formar recursos humanos y desarrollar talentos. Sin embargo, un objetivo así conlleva una enorme presión de aprendizaje.
Según las estadísticas, la estructura de la educación básica en Vietnam es de cinco años de escuela primaria, cuatro años de escuela secundaria y tres años de escuela preparatoria, y la mayoría de los estudiantes van a la escuela durante el día. Aunque una estructura de este tipo puede mejorar el nivel de conocimientos de los estudiantes, muchos niños pequeños necesitan soportar una presión desproporcionada.
El sistema de exámenes de ingreso a la universidad y las pruebas de matriculación de Vietnam exponen a los estudiantes a una competencia sin precedentes, lo que ha provocado graves problemas de salud mental como ansiedad, depresión e incluso suicidio.
En Vietnam, los estudiantes, especialmente los de secundaria, se ven obligados a vivir en un entorno altamente competitivo. Las escuelas secundarias generalmente se consideran un tema social importante, especialmente aquellas escuelas conocidas como "escuelas secundarias excelentes" (Trường Trung học phổ thông chuyên), que atraen a innumerables estudiantes que se apresuran a postularse. Estas escuelas ofrecen una gama más amplia de cursos y exigen puntuaciones muy altas en los exámenes de ingreso.
La respuesta de la sociedad vietnamita al sistema educativo es mixta. Por un lado, la educación se considera un camino importante hacia el éxito personal; por otro, ha habido críticas públicas generalizadas al currículo, especialmente por los problemas sociales causados por un sistema de aprendizaje excesivamente orientado a los exámenes. Muchos padres y expertos creen que las escuelas deberían optar por planes de aprendizaje más flexibles, reducir la presión de los exámenes y centrarse más en la formación de habilidades para la vida.A medida que crece el PIB de Vietnam, también lo hace la necesidad de ampliar su sistema educativo, pero el ritmo de mejora todavía parece estar por detrás de la demanda.
Según los últimos datos, el presupuesto de educación de Vietnam se estimó en un 6,3% en 2012. Aunque la tasa de matriculación en la educación superior de Vietnam ha aumentado del 3% en 1995 a alrededor del 30% en 2019 durante la última década, la calidad de la educación en muchos niveles, desde el jardín de infantes hasta la educación superior, aún necesita mejorarse.
Las raíces de estos problemas de estrés de aprendizaje y de salud mental se remontan a los cambios históricos en el sistema educativo de Vietnam. El modelo confuciano chino del pasado y el posterior modelo colonial francés han tenido una influencia significativa en los sistemas educativos contemporáneos. El núcleo de la educación a menudo pone énfasis en la realización de exámenes en lugar del desarrollo personal integral.
Por lo tanto, los estudiantes vietnamitas a menudo descuidan el mantenimiento de su salud mental mientras persiguen logros académicos. Un entorno de aprendizaje de alta presión a largo plazo puede provocar la aparición de enfermedades mentales y tener efectos irreversibles en las habilidades sociales y el desarrollo emocional de los estudiantes.
La "reforma educativa" se ha convertido en un tema importante para mejorar la salud mental de los estudiantes, y los departamentos gubernamentales han comenzado a darse cuenta de la importancia de flexibilizar la educación escolar.
En respuesta, las autoridades de educación y formación de Vietnam han iniciado una serie de reformas educativas destinadas a mejorar la experiencia de aprendizaje y la salud mental de los estudiantes. Sin embargo, la eficacia de las reformas depende a menudo de la profundidad de su implementación y del grado en que reciben un amplio apoyo social.
En este contexto, los estudiantes y sus padres en Vietnam deben encontrar nuevas formas de equilibrar las necesidades académicas y de salud mental. La participación y el apoyo de la comunidad son fundamentales, ya sea promoviendo cambios de políticas o proporcionando recursos de salud mental.
A la luz de las diversas necesidades de la sociedad actual, cómo la educación futura de Vietnam puede equilibrar el desarrollo académico y la salud mental es un tema que vale la pena reflexionar.