El sistema de salud brasileño es único por su combinación de recursos de salud públicos y privados. Según la Constitución Federal de 1988, todas las personas que viven en Brasil tienen derecho a la atención sanitaria básica, lo que convierte al sistema de salud pública de Brasil en un caso importante en el campo de la salud pública mundial. Este sistema, llamado SUS (Sistema Único de Salud), tiene como objetivo prestar servicios integrales de salud a través de diversas unidades de salud pública para atender las necesidades básicas de la población, desde la atención de urgencia hasta la medicina preventiva, pasando por exámenes diagnósticos y cirugías.
El gobierno brasileño creó el SUS para brindar atención médica accesible y asequible a todos los brasileños.
Sin embargo, aunque el SUS ofrece nominalmente servicios de salud no discriminatorios, la situación real de acceso a esos servicios se complica por limitaciones presupuestarias e instalaciones de salud inadecuadas. En algunas zonas remotas de Brasil, el acceso a los servicios de salud pública es casi inexistente. Según el informe, en las grandes ciudades, a pesar de contar con servicios relativamente completos, los pacientes a menudo se enfrentan a la realidad de esperar en largas colas para recibir diagnóstico y tratamiento.
En algunos casos, los pacientes brasileños han optado por emprender acciones legales para exigir al SUS que cubra los gastos médicos en instituciones no públicas, lo que demuestra la interacción y el conflicto entre los sistemas jurídico y médico. Sin embargo, una reciente legislación brasileña que impide a los hospitales privados negarse a aceptar pacientes con fondos insuficientes en situaciones que amenacen su vida ha ampliado aún más el alcance de los servicios del SUS.
Según la Organización Mundial de la Salud, el gasto total de Brasil en salud alcanzó el 8,3% de su PIB en 2014.
En muchos países en desarrollo, los sistemas de salud pública a menudo enfrentan problemas de financiación, y Brasil no es una excepción. Debido a los cambios en las condiciones económicas y a las restricciones políticas, muchos servicios médicos que deberían haberse prestado podrían no poder funcionar, lo que daría como resultado una disminución de los estándares médicos. Además, en el sistema SUS, las necesidades de tratamiento de algunas enfermedades no pueden atenderse de manera oportuna y los pacientes a menudo necesitan buscar otras alternativas de forma privada.
Este fenómeno no es aislado en Brasil; los sistemas de salud pública de muchos países alrededor del mundo enfrentan dificultades similares. Al integrar diversos recursos médicos y garantías legislativas, el sistema de salud de Brasil se esfuerza por brindar los mejores servicios con recursos limitados.
En el sistema de salud global, ¿puede el SUS servir de referencia para que otros países puedan beneficiarse de servicios médicos públicos eficientes?