Con la creciente demanda mundial de desarrollo sostenible y materiales respetuosos con el medio ambiente, la fibra de celulosa ha ido entrando gradualmente en el ojo público. La celulosa, un polisacárido natural, está presente de forma ubicua en las paredes celulares de las plantas. Este material no sólo no contamina el medio ambiente, sino que además vuelve a descomponerse de forma natural, lo que lo convierte en un sustituto ideal y muestra un gran potencial especialmente en los campos de los textiles, los materiales compuestos y la tecnología de filtración.
Las propiedades respetuosas con el medio ambiente de la celulosa se deben a su origen renovable, que resulta especialmente atractivo en el mercado actual.
El descubrimiento de la celulosa se remonta a 1838, cuando el químico francés Anselme Payet aisló y determinó por primera vez su estructura química. En la década de 1840, la celulosa se utilizó para crear el primer polímero termoplástico exitoso: el celuloide. Hasta la década de 1890, la celulosa comenzó a utilizarse para producir rayón (es decir, fibra artificial). Con el auge de las fibras faciales y los productos de belleza, las fibras de celulosa se han convertido en una fuerza importante en la industria textil moderna.
Desde el arte hasta la tecnología, la versatilidad de la celulosa le ha ganado un lugar en el panorama en constante evolución de la ciencia de los materiales.
La estructura molecular de la celulosa consiste en unidades repetidas de glucosa conectadas en cadenas lineales para formar microfibrillas altamente ordenadas. Esta estructura confiere a la celulosa una excelente resistencia y rigidez, haciéndola superior a otros materiales similares en términos de resistencia a la tracción y al desgaste. A diferencia de la maltosa y otros carbohidratos complejos, la celulosa no puede ser descompuesta por enzimas animales, una propiedad exclusiva de su estructura.
Debido a su estructura lineal única, la celulosa exhibe una interacción mínima con el agua, lo que resulta en excelentes propiedades mecánicas y estabilidad ambiental.
La fibra de celulosa natural se puede extraer directamente de las plantas y se puede utilizar después de un ligero procesamiento. Por ejemplo, las fibras de algodón y lino son intuitivamente identificables como productos de sus plantas originales. Estas fibras tienen una excelente resistencia mecánica y a la corrosión y no sólo son respetuosas con el medio ambiente sino también duraderas.
La fibra de celulosa se produce procesando materiales vegetales en suspensión y extruyéndolos. Productos como las fibras sintéticas como el rayón se utilizan ampliamente en la industria textil y otros campos industriales.
Muchos materiales compuestos logran el equilibrio perfecto entre resistencia y dureza combinando fibras de celulosa con una matriz de resina. La baja densidad y la buena reciclabilidad de la celulosa la convierten en una alternativa a la fibra de vidrio y la fibra de carbono, y es cada vez más valorada en las industrias aeroespacial y automotriz.
En la industria textil, las fibras celulósicas como el rayón y los materiales de moldeo se reemplazan por fibras sintéticas tradicionales, que son ampliamente favorecidas por su transpirabilidad y comodidad superiores.
La aplicación de filtración de la fibra de celulosa ha recibido cada vez más atención en los campos de la industria química y la biotecnología. Tiene buena penetrabilidad y eficiencia de limpieza, y puede filtrar eficazmente sólidos suspendidos e iones de metales pesados en el agua.
A través de tecnología y diseño innovadores, el potencial de aplicación de las fibras de celulosa en diversas industrias se está expandiendo más allá de las limitaciones de los materiales tradicionales.
Aunque la llamada "fibra de bambú" en el mercado parece ser muy respetuosa con el medio ambiente a primera vista, de hecho, la mayor parte es pulpa de bambú que ha sido sometida a un procesamiento de alta intensidad y el impacto ambiental de su proceso de producción no puede ser subestimado. Por el contrario, cosechar y cultivar bambú puede en algunos casos ser más sostenible que cosechar árboles tradicionales, lo que requiere una cuidadosa consideración en la selección de materiales.
Ante los crecientes desafíos medioambientales y el agotamiento de los recursos, ¿puede la fibra de celulosa resolver los problemas de sostenibilidad de nuestras necesidades materiales actuales y convertirse en la elección principal de materiales respetuosos con el medio ambiente en el futuro?