Al enfrentarse a enfermedades graves y terminales, los pacientes y sus familias a menudo sufren un tremendo estrés físico y psicológico. Esto no sólo afecta la condición física del paciente, sino que también puede afectar su calidad de vida. Los cuidados paliativos, un modelo médico que se centra en mejorar la calidad de vida, están recibiendo cada vez más atención. Según la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de un método de intervención destinado a mejorar la calidad de vida de los pacientes que enfrentan enfermedades potencialmente mortales y sus familias, centrándose en la identificación y evaluación temprana del dolor, para luego proporcionar un tratamiento eficaz. .
El núcleo de los cuidados paliativos se centra en el paciente y se centra en aliviar el dolor y adaptar las medidas médicas para mejorar la calidad de vida de los pacientes terminales.
Alejándose del enfoque de cuidados paliativos del pasado que se centraba en enfermedades específicas, las prácticas actuales enfatizan cada vez más sistemas de apoyo integrales que cubren las necesidades físicas, emocionales y espirituales. Esto no sólo promueve la comodidad en cada etapa de la enfermedad, sino que también mejora el bienestar general del paciente durante el tratamiento. Cualquier persona de cualquier edad que enfrente una enfermedad grave puede beneficiarse de esta terapia y puede brindar apoyo en las diferentes etapas del tratamiento.
Se estima que 40 millones de personas necesitan cuidados paliativos cada año, pero sólo el 14% recibe dichos servicios, un problema clave que se debe a las grandes disparidades en el acceso a la atención.
En Estados Unidos, los cuidados paliativos se centran en el confort y el apoyo psicológico y no buscan un tratamiento curativo. Los beneficiarios de este tipo de atención deben ser certificados por dos médicos como personas con expectativa de muerte dentro de seis meses para poder recibir servicios de cuidados paliativos especializados. Cuando los pacientes reciben cuidados paliativos, a menudo tienen que optar por renunciar a los tratamientos curativos.
Antecedentes históricos de los cuidados paliativosEl desarrollo de los cuidados paliativos se remonta al movimiento de hospicios, cuyos promotores más famosos incluyen a Dame Cicely Saunders y Elisabeth Kübler-Ross. A medida que se profundizaron las investigaciones y la práctica, la comunidad médica comenzó a darse cuenta de que no sólo los pacientes con cáncer necesitan dichos servicios, sino que otros pacientes con enfermedades crónicas también pueden beneficiarse de ellos, lo que promovió aún más el proceso de popularización gradual.
Práctica básica de los cuidados paliativos al final de la vidaEl uso de medicamentos en cuidados paliativos es digno de mención, y aunque estos medicamentos comunes tienen diferentes usos, su eficacia aún necesita ser evaluada regularmente. Al integrar diferentes terapias, incluida la medicación, el apoyo psicológico y la espiritualidad, se puede atender plenamente el dolor y la ansiedad de los pacientes.
El llamado "dolor integral" es un complejo de múltiples factores que incluyen factores fisiológicos, psicológicos y sociales. Solo si comprendemos en profundidad estos factores podremos ayudar mejor a los pacientes.
La profesionalidad del equipo de tratamiento y la colaboración interdisciplinaria son fundamentales para el éxito de los cuidados paliativos. La identificación y el apoyo de las necesidades psicológicas y espirituales pueden aliviar eficazmente el sufrimiento de los pacientes en la etapa terminal. Además, a través del apoyo familiar y comunitario se puede mejorar conjuntamente la calidad de vida de los pacientes terminales.
Ante la desigualdad mundial en materia de recursos sanitarios, cómo permitir que más pacientes accedan y se beneficien de cuidados paliativos de alta calidad es un desafío importante en la actualidad. Más aún, cómo educar al público para que comprenda este modelo médico que prestará más atención a la calidad de vida es también una de las direcciones futuras.
En último término deberíamos pensar: ante una enfermedad, ¿cómo podemos mejorar realmente la calidad de vida del paciente?