En psicología cognitiva, la cognición espacial se refiere a la capacidad de adquirir, organizar, utilizar y revisar el conocimiento sobre el entorno espacial. No se trata sólo del espacio en sí, sino, más importante aún, de cómo se comportan los animales (incluidos los humanos) en él y del conocimiento que construyen. Estas habilidades permiten a los individuos gestionar tareas cognitivas básicas y de nivel superior en la vida diaria. Hoy en día, muchos campos, como la psicología cognitiva, la neurociencia, la inteligencia artificial, la ciencia de la información geográfica, la cartografía, etc., están estudiando conjuntamente la cognición espacial, especialmente su manifestación en los humanos.
El estudio de la cognición espacial ayuda a conectar la psicología cognitiva y la neurociencia, ya que los científicos buscan comprender el papel de la cognición espacial en el cerebro y su base biológica.
En la vida diaria, la cognición espacial humana está estrechamente relacionada con la forma de describir el entorno circundante, encontrar direcciones en nuevos entornos y planificar caminos. Los investigadores utilizan informes de participantes, medidas de rendimiento y otros métodos para comprender la mentalidad humana. El reciente aumento de popularidad de la tecnología de realidad virtual ha permitido a los investigadores examinar con mayor precisión la cognición espacial de los participantes en entornos altamente controlados.
La forma en que las personas se comportan en el espacio es fundamental, influida por perspectivas psicológicas. Los mapas cognitivos que utilizan son la forma más evolucionada de cognición espacial. Utilizando estos mapas cognitivos, las personas pueden almacenar y utilizar información sobre puntos de referencia y los caminos entre ellos. Este conocimiento puede provenir de muchas fuentes, incluida la coordinación visomotora, los símbolos de mapas, las descripciones verbales y los sistemas de señalización por computadora.
Según Montello, el espacio se refiere implícitamente al cuerpo del individuo y a sus comportamientos asociados.
El espacio se puede dividir en varios tipos, incluido el espacio con formas más pequeñas que el cuerpo, el espacio más allá del cuerpo pero visible, el espacio ambiental a través del aprendizaje móvil y el espacio geográfico a través del mapeo. La comprensión de estos espacios es muy importante para la navegación humana. Sin embargo, cuando el espacio es simulado por el cerebro, puede llevar a distorsiones cognitivas.
Por ejemplo, la percepción de la distancia y la posición puede distorsionarse. Las personas perciben la distancia de manera diferente cuando consideran la distancia entre una ubicación y otra ubicación con alta relevancia cognitiva. Estas distorsiones pueden afectar la navegación diaria y tener un efecto desconcertante, especialmente al sortear curvas u obstáculos en las ciudades. Esta desconexión entre la subjetividad de la percepción y la distancia objetiva revela la complejidad de la cognición espacial humana.
La teoría clásica propuesta por Siegel y White en 1975 presenta tres tipos de conocimiento espacial: conocimiento de puntos de referencia, conocimiento de trayectorias y conocimiento de reconocimiento. Estos tres son los pasos en el desarrollo del conocimiento espacial, y cada etapa representa una comprensión más profunda del entorno. Los puntos de referencia son objetos que destacan en el entorno y que inicialmente no implican ninguna relación métrica. A medida que uno viaja entre puntos de referencia, evoluciona el conocimiento del camino, que es información sobre el orden en que se conectan los puntos de referencia. Finalmente, el conocimiento investigativo que resulta de la familiaridad con el entorno integra puntos de referencia y caminos y los relaciona con un sistema de coordenadas fijo.
Sin embargo, nuevas investigaciones desafían este modelo paso a paso, demostrando que el conocimiento investigativo también puede construirse después de cierta exploración a medida que aumenta la familiaridad con el entorno. Según el nuevo marco de Montello, los cambios en el conocimiento espacial con la experiencia son en su mayoría cuantitativos más que cualitativos, es decir, los diferentes tipos de conocimiento espacial simplemente se vuelven más precisos y confiables.
Para construir conocimiento espacial, las personas necesitan crear una realidad cognitiva. El marco ambiental basado en un punto de referencia suele dividirse en marcos egocéntricos y alocéntricos. El marco egocéntrico considera la posición de los objetos en relación con el cuerpo del individuo, mientras que el marco alocéntrico se basa en las posiciones relativas de los objetos circundantes. La combinación de estos marcos permite a las personas navegar mejor en su entorno, especialmente cuando necesitan comunicarse con otros.
Diferencias individuales y cognición espacialExisten diferencias obvias entre individuos en diferentes entornos. Las personas a menudo tienen preferencia por un marco de referencia sobre otro: algunos prefieren una visión de ruta y otros una visión de encuesta. Estas diferencias no sólo surgen de los propios individuos, sino que también están influidas por características ambientales.
Estos hallazgos resaltan la importancia de diversas estrategias de navegación en la vida cotidiana, siendo cruciales los distintos tipos de conocimiento espacial y el papel que desempeñan en diferentes tareas.
Las distorsiones en la cognición espacial son errores sistemáticos que ocurren cuando las personas utilizan mapas u otras representaciones espaciales, lo que resulta en sesgos en sus mapas cognitivos. Por ejemplo, las estimaciones que hacen las personas sobre las distancias entre ciudades, que a menudo están influidas por límites geográficos u otros puntos de referencia centrales, muestran errores sistemáticos más significativos. La presencia de distorsiones cognitivas crea desafíos para las personas en la percepción espacial, especialmente en la estimación de distancias y ángulos.
En algunos estudios se ha descubierto que las diferencias de género están asociadas con las capacidades de cognición espacial. Los hombres tienden a obtener mejores resultados que las mujeres en ciertas pruebas espaciales, lo que puede estar relacionado con patrones específicos de sexo en el tamaño del hipocampo. Estos hallazgos se extienden más allá de los mamíferos y también pueden encontrarse en otras especies; por ejemplo, estudios han demostrado que los calamares machos tienen mejor cognición espacial en determinadas condiciones.
La navegación es la capacidad de los animales (incluidos los humanos) de localizar, rastrear y seguir caminos hacia un objetivo. Requiere la formación de un mapa cognitivo del entorno con la ayuda de puntos de referencia en el cuerpo y el entorno. Los humanos generalmente alternan entre marcos egocéntricos y alocéntricos durante la navegación, un proceso complejo que resalta el misterio y la importancia de la cognición espacial.
A medida que se profundiza la investigación sobre la cognición espacial, ¿seremos capaces de comprender mejor nuestro lugar y nuestras acciones en este vasto mundo?