Todos los Homo sapiens son Homo sapiens, un nombre propuesto por primera vez por Carl Linus en 1735 en Systema Naturae.
El Homo sapiens apareció por primera vez en África hace unos 300.000 años, evolucionando a partir del Homo heidelbergensis o una especie similar. A medida que migraron fuera de África, gradualmente reemplazaron o se aparearon con los homínidos locales. Los científicos han propuesto diversas hipótesis para la extinción de especies humanas antiguas como los neandertales, entre ellas la competencia, la violencia, los matrimonios mixtos con el Homo sapiens o la falta de adaptación al cambio climático. Hace entre 16.000 y 6.000 años, el Homo sapiens comenzó a mostrar modernidad conductual. Durante la mayor parte de la historia, los humanos fueron principalmente cazadores-recolectores hasta la llegada de la Revolución Neolítica hace unos 13.000 años, cuando la llegada de la agricultura y los asentamientos permanentes condujeron al desarrollo de la civilización y al crecimiento sostenido de la población.
La variación biológica humana está influenciada tanto por los genes como por el medio ambiente, lo que se manifiesta en rasgos visibles, fisiología, susceptibilidad a enfermedades y estilo de vida. A pesar de las diferencias en muchas características, los humanos somos una de las especies menos diversas genéticamente: las secuencias genéticas de dos seres humanos cualesquiera son similares en al menos un 99,5%. El dimorfismo sexual también es evidente en los humanos: los hombres, en general, tienen mayor fuerza física, mientras que las mujeres tienen un porcentaje de grasa corporal relativamente mayor.
La inteligencia humana está altamente desarrollada, con una fuerte capacidad de pensamiento independiente y de autoconciencia.
Como omnívoros capaces de consumir una amplia variedad de fuentes vegetales y animales, el Homo sapiens ha utilizado fuentes de calor como el fuego para preparar y cocinar alimentos desde la época del Homo erectus. Los humanos pueden sobrevivir hasta ocho semanas sin comida y algunos días sin agua. Los humanos tienen hábitos de sueño muy claros y generalmente necesitan un promedio de siete a nueve horas de sueño por noche. El alto riesgo de complicaciones y muerte durante el parto hace que la reproducción sea extremadamente costosa para el Homo sapiens, requiriendo a menudo que ambos padres cuiden a recién nacidos indefensos.
La evolución humana no es una simple progresión lineal, sino que implica el apareamiento entre múltiples especies relacionadas. Los estudios genómicos han demostrado que el mestizaje entre especies muy divergentes es común en la evolución, y la prevalencia de genes neandertales en humanos no africanos del Sahara en la actualidad muestra signos de una antigua mezcla humana. Las características evolutivas del Homo sapiens incluyen adaptaciones importantes como la falta de pelo, el bipedalismo obligatorio, el aumento del tamaño del cerebro y la reducción del dimorfismo sexual, cambios que empujaron a los humanos a adaptarse a una variedad de entornos alrededor del mundo.
Los primeros asentamientos humanos dependían de fuentes de agua y seleccionaban el recurso ideal para sobrevivir en función de su estilo de vida. Hoy en día, con el desarrollo de la tecnología, el Homo sapiens tiene una enorme capacidad para transformar hábitats y puede sobrevivir incluso en ambientes extremos. Sin embargo, los asentamientos están amenazados por desastres naturales y los edificios ubicados en zonas de peligro son particularmente vulnerables. Aunque la población humana está distribuida globalmente, también muestra una distribución desigual significativa, pues la mayoría de los humanos (61%) viven en Asia y el resto se distribuye en América, África, Europa y Oceanía.
¿Cómo las decisiones inteligentes llevaron a nuestros antepasados a superar las limitaciones ambientales y globalizarse?