Con el aumento del número de pacientes con hipertensión en todo el mundo, encontrar fármacos antihipertensivos eficaces se ha convertido en una tarea importante en el campo médico. Según las últimas investigaciones y recomendaciones de expertos, los diuréticos tiazídicos en dosis bajas se consideran ampliamente uno de los medicamentos de primera elección para tratar la presión arterial alta. Estos medicamentos no sólo son baratos y eficaces, sino que también pueden reducir la presión arterial de los pacientes dentro de un rango relativamente seguro.
Según datos de investigaciones de 2018, los diuréticos tiazídicos en dosis bajas mostraron la mayor eficacia para reducir la presión arterial y el riesgo de enfermedad cardiovascular en comparación con otros fármacos antihipertensivos.
La hipertensión no sólo afecta la salud personal, sino que también causa enormes costos médicos a la sociedad. El tratamiento eficaz de la hipotensión puede reducir significativamente el riesgo de complicaciones como accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca e infarto de miocardio. Los estudios han señalado que por cada caída de 5 mmHg en la presión arterial, el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular se reduce en un 34% y el riesgo de cardiopatía isquémica se reduce en un 21%. Por lo tanto, la selección de medicamentos antihipertensivos apropiados se vuelve crítica.
Hay muchos tipos de medicamentos antihipertensivos, los más comunes incluyen diuréticos tiazídicos, bloqueadores de los canales de calcio, inhibidores de la ECA y BRA. De estos, los diuréticos tiazídicos se utilizan con mayor frecuencia porque son eficaces y rentables en la mayoría de los pacientes.
Bajo la orientación del JNC8 en los Estados Unidos, los diuréticos tiazídicos se recomiendan como tratamiento de primera línea para la hipertensión, ya sea como monoterapia o en combinación con otros medicamentos.
Los diuréticos tiazídicos actúan eliminando el exceso de sodio y agua a través de los riñones, reduciendo el volumen sanguíneo y, por tanto, la presión arterial. Esta clase de fármacos no sólo relaja eficazmente los vasos sanguíneos, sino que también mejora la salud del corazón y es especialmente eficaz para controlar la presión arterial sistólica, por ejemplo, en pacientes mayores. Sin embargo, aunque estos medicamentos son baratos y eficaces, su uso no está tan extendido como el de algunos medicamentos más nuevos.
¿Por qué sucede esto? Por un lado, se debe a la diferencia en los esfuerzos de promoción entre los diuréticos tiazídicos y los nuevos fármacos y, por otro, a la preferencia de los médicos en la selección de prescripciones. En pacientes mayores de 65 años con hipertensión documentada, los riesgos del uso de diuréticos tiazídicos en dosis bajas son superados por los beneficios en el control de la presión arterial.
La evidencia clínica más reciente respalda el uso preferencial de diuréticos tiazídicos en dosis bajas en pacientes con hipertensión, particularmente en el contexto de alta incidencia de enfermedad cardiovascular.
Aunque los diuréticos tiazídicos en dosis bajas son el fármaco de elección, la estrategia de medicación aún debe ajustarse según la edad del paciente, otros síntomas y las características de comorbilidad. En algunos casos, puede ser necesario utilizar otras clases de fármacos antihipertensivos, como bloqueadores de los canales de calcio o inhibidores de la ECA, para lograr un mejor control de la presión arterial.
Una consideración importante aquí son las diferencias individuales de los pacientes. Por ejemplo, para los pacientes con enfermedad renal crónica, los inhibidores de la ECA todavía se consideran un fármaco eficaz de primera línea, mientras que para las personas más jóvenes, los inhibidores de la ECA tienden a utilizarse como tratamiento inicial.
Las fórmulas de medicamentos específicas para poblaciones específicas son clave para la selección de medicamentos antihipertensivos, donde la edad, la raza y otras comorbilidades influirán en las decisiones sobre la medicación.
Sin embargo, estudios anteriores han planteado dudas sobre los efectos secundarios de los diuréticos tiazídicos, en particular su posible riesgo de nuevas formas de diabetes. En opinión de muchos expertos, el riesgo de estos efectos secundarios es aceptable en pacientes hipertensos mayores de 65 años porque los beneficios de controlar la presión arterial sistólica superan claramente estos riesgos potenciales.
Por supuesto, el tratamiento de la presión arterial alta no depende únicamente de los medicamentos. Los cambios razonables en el estilo de vida también son una parte importante del tratamiento de la presión arterial alta. Es necesario reducir el consumo de sal, aumentar el ejercicio y mantener un peso saludable. En términos de uso de drogas, los profesionales médicos también ajustarán gradualmente las estrategias de tratamiento en función de las condiciones específicas del paciente.
En resumen, el uso de diuréticos tiazídicos en dosis bajas como fármaco de elección para reducir la presión arterial está indudablemente respaldado por profunda evidencia clínica a medida que las directrices médicas se actualizan gradualmente, esta terapia puede seguir siendo respaldada y promovida. En el futuro, con el desarrollo del tratamiento de la hipertensión, ¿qué nuevos descubrimientos aparecerán?