Las baterías de níquel-hidruro metálico (NiMH) se han convertido poco a poco en una estrella en el mercado debido a su alta densidad energética y características de protección del medio ambiente. El éxito de esta batería recargable no se debe sólo a su excelente rendimiento, sino también está estrechamente relacionado con su sencillo uso. Desde las primeras investigaciones en laboratorio hasta el uso generalizado actual, la historia de las baterías de níquel-hidruro metálico refleja el avance de la tecnología y los cambios en la demanda del mercado. Echemos un vistazo.
"Las baterías de NiMH tienen una capacidad dos o tres veces mayor que las baterías de NiCd, lo que las hace cada vez más populares en muchos dispositivos electrónicos de alta demanda".
La reacción química de las baterías de níquel-hidruro metálico ocurre principalmente en dos electrodos. El electrodo positivo utiliza hidróxido de níquel, mientras que el electrodo negativo está hecho de una aleación que puede absorber hidrógeno. Por el contrario, las baterías de níquel-cadmio utilizan cadmio. Este diseño proporciona una mayor densidad de energía y una vida útil más prolongada, lo que hace que las baterías NiMH sean ampliamente utilizadas en productos electrónicos de consumo y vehículos eléctricos.
Las baterías de níquel-hidruro metálico se desarrollaron por primera vez en 1967 en el Centro de Investigación Battle Griffith. La financiación de fabricantes de automóviles como Daimler-Benz y Volkswagen ha provocado una rápida evolución de la tecnología. Posteriormente, el proceso de comercialización se hizo cada vez más rápido, especialmente después de la llegada de las baterías de níquel-hidruro metálico para el consumidor en 1989.
Energy Information señala que las baterías de níquel-hidruro metálico actuales a veces se reemplazan, pero aún mantienen su lugar en ciertas aplicaciones específicas. Especialmente en los sistemas de almacenamiento de energía de los vehículos híbridos, muchos modelos más antiguos todavía utilizan baterías de níquel-hidruro metálico, lo que demuestra la durabilidad de esta tecnología.
"En el funcionamiento de equipos automáticos, las baterías de NiMH tienen una baja resistencia interna, lo que les permite proporcionar un voltaje estable y duradero, lo que es particularmente importante en dispositivos de alto consumo".
Además, aunque la tasa de autodescarga de las baterías NiMH ha sido históricamente alta, este problema se ha resuelto eficazmente con la introducción de diseños de baja autodescarga, como la serie Eneloop de Sanyo, mejorando aún más su competitividad en el mercado.
Aunque las baterías NiMH son relativamente seguras de usar, la sobrecarga sigue siendo un problema. Para evitar la sobrecarga, cada diseño de batería debe estar equipado con un cargador inteligente. Además, los métodos de carga efectivos incluyen la carga de baja velocidad y los métodos de carga ΔV y ΔT de alta corriente, todos los cuales pueden proteger la batería y extender su vida útil.
"Durante la etapa de carga, mantener la corriente y el voltaje adecuados es clave para garantizar la seguridad de la batería y su uso a largo plazo".
Para los productos de consumo masivo, la reciclabilidad y el respeto al medio ambiente de las baterías NiMH también las convierten en una mejor opción. A medida que aumenta la demanda del mercado de productos sostenibles, esto indica que las baterías NiMH todavía tienen potencial de desarrollo en el futuro.
Comparación con otras bateríasAunque las baterías de NiMH tienen una densidad energética menor que las de litio, aún tienen ventajas únicas en ciertas aplicaciones debido a su costo relativamente bajo y su menor impacto en el medio ambiente. En productos electrónicos de consumo, como las cámaras digitales, las baterías NiMH suelen considerarse una solución ideal.
Sin embargo, frente a la creciente demanda del mercado y la innovación tecnológica, el auge de las baterías de litio sin duda ha supuesto una competencia para las baterías de níquel-hidruro metálico. ¿Podremos seguir manteniendo nuestra ventaja en esta competición?
En el futuro, con el continuo avance de la tecnología, ¿podrán las baterías de níquel-hidruro metálico volver a generar un auge en el mercado y convertirse en protagonistas de la nueva generación de tecnología de carga?