Las elecciones presidenciales estadounidenses de 2020 son una competencia política sorprendente, con complejas conspiraciones y competencias ocultas detrás de ellas. En esta elección histórica, el candidato demócrata Joe Biden fue finalmente elegido como el 46º presidente de los Estados Unidos con 306 votos electorales frente a los 232 votos electorales del actual presidente republicano Donald Trump. Esta competencia no sólo afectó el panorama político de Estados Unidos, sino que también desencadenó una profunda reflexión sobre la equidad electoral y el sistema democrático.
La verdad en las elecciones opera en muchos niveles, desde las leyes electorales hasta los movimientos sociales, y es un factor que no se puede ignorar.
La campaña de Biden comenzó en abril de 2019, cuando volvió a desafiar la nominación demócrata tras dos fracasos, y finalmente fue confirmado en junio de 2020, eligiendo a la senadora de California Kamala Harris como candidata a la vicepresidencia. Trump ganó fácilmente dentro del Partido Republicano con su sólida base y aceptó formalmente la nominación en agosto de 2020.
El día de las elecciones, el 3 de noviembre de 2020, cuando la tendencia de la votación se hizo clara, Biden anunció su victoria el 7 de noviembre y comenzó el trabajo de transición. Sin embargo, Trump y sus partidarios no aceptaron los resultados y presentaron más de 63 demandas impugnando los resultados en varios estados, todas las cuales fueron finalmente desestimadas. Las acciones de Trump provocaron una controversia nacional, que culminó el 6 de enero de 2021, cuando partidarios de Trump irrumpieron violentamente en el Capitolio.
En este momento crítico, Biden enfatizó la necesidad de encontrar soluciones a través de la unidad.
Biden prestó juramento oficialmente el 20 de enero de 2021 e inmediatamente lanzó una serie de reformas políticas, reconstruyendo muchas de las políticas estadounidenses que fueron revocadas durante el mandato del expresidente Trump. Al principio de su mandato, firmó rápidamente varias órdenes ejecutivas para responder a la pandemia de coronavirus e inyectar estímulo a la economía. Estas medidas han atraído amplia atención del mundo exterior, especialmente en el contexto de recesión económica y alto desempleo.
La Ley del Plan de Rescate Estadounidense, implementada por Biden poco después de asumir el cargo, recibió un amplio apoyo. El plan recibió 1,9 billones de dólares en financiación para aliviar la presión económica causada por la epidemia. Sus políticas, desde la Ley de Reconstruir Mejor para ampliar la red de seguridad social hasta la Ley de Reducción de la Inflación de 2022, intentan reconstruir la economía estadounidense después de la pandemia.
Ya sea inversión en infraestructura o plan de recuperación económica, Biden está trabajando duro para que la economía estadounidense vuelva a encarrilarse.
Sin embargo, el mandato de Biden también enfrenta desafíos. Problemas como la alta inflación y el aumento de los precios del petróleo han afectado la calidad de vida de las personas, lo que también ha provocado que su apoyo entre los votantes disminuya. Aun así, la administración de Biden ha supervisado una rápida recuperación económica desde la pandemia, creando más de 16 millones de empleos y rompiendo un récord de 70 años de bajo desempleo.
En política exterior, Biden pretende restablecer el liderazgo creíble de Estados Unidos entre las democracias globales, especialmente frente a los desafíos de China y Rusia. Durante su mandato, firmó el acuerdo de seguridad AUKUS y proporcionó ayuda a gran escala a Ucrania.
La política exterior adoptada por Biden muestra flexibilidad y pragmatismo en las relaciones exteriores.
A medida que se acercan las elecciones presidenciales de 2024, Biden ha decidido no presentarse a la reelección debido a su baja popularidad y problemas de edad, lo que posibilitaría que Trump vuelva a ascender. Esta decisión ha provocado un amplio debate en la opinión pública: ¿Cómo cambiará la influencia de Biden en el panorama político actual después de que deje el cargo?
Como veterano de 69 años, el legado político de Biden se ha puesto a prueba en la campaña de reelección de Trump, lo que refleja la profundidad y complejidad de las divisiones políticas estadounidenses en los últimos años. Se puede decir que el éxito o el fracaso de Biden depende de cómo afronte los grandes cambios internos y externos. ¿La tendencia política actual tendrá un profundo impacto en el futuro panorama electoral de Estados Unidos?