Según las estadísticas, casi la mitad de todas las personas liberadas en los Estados Unidos serán encarceladas nuevamente dentro de un corto período de tiempo después de su liberación. Esta realidad merece nuestra profunda consideración. Este fenómeno se llama reincidencia y no sólo refleja patrones de comportamiento individuales sino que también revela problemas estructurales en el sistema penitenciario estadounidense. Este artículo examina los diversos factores que influyen en las tasas de reincidencia y cómo la sociedad puede ayudar más eficazmente a estos ex delincuentes a reintegrarse a la comunidad.
Las duras condiciones ambientales en las prisiones, incluido el aislamiento, a menudo exacerban la reincidencia, según un estudio de 2011. Muchos investigadores han observado que los prisioneros atrapados en cárceles y prisiones gradualmente se sienten alienados y aislados de la comunidad después de haber sido privados de sus derechos. Al ser liberados, estos individuos enfrentan muchos desafíos, incluyendo encontrar empleo, alquilar viviendas y acceder a oportunidades educativas.
Muchas empresas se muestran reacias a contratar personas con antecedentes penales, especialmente para puestos que implican manejo de dinero. Incluso dentro de la comunidad, no se pueden subestimar la discriminación y las dificultades que enfrentan.
En Estados Unidos, los delincuentes que reciben ayuda federal para estudiantes incluso por delitos menores, como multas de tráfico, están estadísticamente descalificados para recibir ayuda futura. Esto aumenta la probabilidad de que reincidan, ya que la falta de educación y empleo dificulta que estos ex delincuentes logren una vida estable. Los ex presos que consiguen trabajos estables tienen tasas de reincidencia más bajas e incluso el empleo marginal puede ayudar, según un estudio.
Las estadísticas muestran que si un ex preso encuentra un empleo estable dentro del primer año después de su liberación, su tasa de reincidencia cae significativamente.
Además, el nivel educativo de las personas liberadas también tiene un impacto significativo en la tasa de reincidencia. Los reclusos que participan en el programa educativo reducen sus posibilidades de reincidencia al 43%. Las tasas de reincidencia de los reclusos con certificados de cualificación profesional o diplomas de escuela secundaria cayeron un 14,6% y un 25% respectivamente. Por lo tanto, invertir en educación no sólo reduce los costos carcelarios sino que también reduce la delincuencia en la comunidad.
Además de la educación y el trabajo, los problemas de salud mental también pueden afectar la probabilidad de reincidencia. Según datos de 2010, alrededor del 71 por ciento de los presos federales están encarcelados por problemas relacionados con las drogas, y sólo entre el 7 y el 17 por ciento de estos individuos reciben el tratamiento necesario. La falta de apoyo deja a muchas personas ex liberadas incapaces de afrontar eficazmente el estrés de regresar a la sociedad.
Ante los desafíos posteriores a la liberación, muchos expresos manifiestan ansiedad por reintegrarse a la sociedad. Esperan que esta vez las cosas sean diferentes, pero la realidad suele ser la contraria.
Esto implica una amplia gama de factores, incluido el entorno social, las características situacionales personales y las experiencias durante el encarcelamiento. Muchos ex delincuentes enfrentan el desafío de restablecer relaciones con familiares y viejos amigos cuando regresan a casa.
El apoyo de la comunidad también es crucial en este proceso. Las raíces culturales y el apoyo comunitario pueden ayudar a los ex presos a desarrollar su autoestima y un sentido de pertenencia, y también han comenzado a recibir atención algunos programas de educación en habilidades sociales diseñados específicamente para asiáticos o afroamericanos.
Ante una tasa de reincidencia tan alta, personas de todos los ámbitos de la vida están discutiendo cómo mejorar el sistema penitenciario actual. El objetivo ya no es el puro castigo, sino lograr una justicia restaurativa y ayudar a los retornados a reconstruir sus vidas. ¿Cómo afectarán en última instancia los cambios futuros al destino de estas personas y a la seguridad de la sociedad?